Causas de la calvicie juvenil: ¿cómo prevenirla?
A partir de los 20 años, e incluso, en casos concretos, a partir de los 16, los hombres pueden comenzar a experimentar una caída progresiva del cabello que, en más del 95% de los casos, tiene como principal causa el factor hereditario y que puede afectar hasta a un 20% de los varones.
Esta calvicie prematura, que normalmente acarrea problemas psicológicos y baja autoestima, se conoce como alopecia androgenética, la forma más frecuente de alopecia entre los hombres que padecerán más de un 60% de los mismos a lo largo de su vida.
“En muchos casos, las alopecias masculinas comienzan en la adolescencia con el despertar hormonal, promovidas, fundamentalmente, por causas genéticas. Cuando existe una fuerte carga androgenética, en la que los folículos están muy predispuestos a que la dihidrotestosterona (DHT) los desgaste y destruya, es cuando comienzan los primeros signos de calvicie prematura. La dihidrotestosterona es la hormona que ataca a los folículos pilosos, provocando miniaturización del pelo y su posterior destrucción. Cuando existe esta predisposición genética, la alopecia androgénica se desarrolla antes y con más fuerza”, explica el doctor Francisco Pilo, de la clínica Hospital Capilar.
Consejos
1. Acudir a un especialista. Ante los primeros signos de alerta hay que acudir al médico para valorar. Según cada caso, “se puede prevenir mediante antiandrogenéticos orales o mesoterapia capilar y minoxidil, siendo esencial recibir dichos tratamientos antes de que sea tarde para evitar la cirugía capilar o, incluso, que no seamos aptos para el injerto”.
2. Dieta sana y equilibrada. La alimentación influye en la salud capilar, y es por ello por lo que las dietas hipocalóricas, bajas en proteínas, deficientes en ácidos grasos esenciales, zinc, biotina o hierro provocan una pérdida de pelo. Los expertos recomiendan reducir el consumo de alimentos procesados con exceso de azúcares y grasas e incorporar a la dieta frutas, verduras, carne, pescado, frutos secos y huevos, entre otros.
3. Buena rutina de lavado. No frotar demasiado ni efectuar fricción excesiva sobre el cuero cabelludo para no dañarlo. Tener el cuero cabelludo limpio es vital para retrasar esta caída, dado que la falta de higiene produce seborrea, condición que promueve, a su vez, la calvicie.
4. Cambiar el estilo de vida. Dejar de fumar, reducir la ingesta de alcohol o hacer deporte regularmente para rebajar el nivel de estrés pueden contribuir a mejorar la calidad del cabello.
Así, este tipo de alopecia, en la que produce una miniaturización de los folículos pilosos y una disminución de la fase anágena, comienza a manifestarse especialmente en las áreas frontales de la cabeza, las entradas y la coronilla, al ser éstas las regiones más susceptibles al funcionamiento de los andrógenos, principales responsables de esta pérdida progresiva del cabello.
Alopecia areata
Además de la alopecia androgenética, los hombres jóvenes también pueden sufrir efluvio telógeno ante cualquier situación o experiencia que genere un aumento en los niveles de cortisol, así como por experimentar cambios hormonales bruscos; mientras que, la alopecia areata en el pelo o barba puede tener un mayor impacto entre esta franja de edad motivado, fundamentalmente, por factores como el estrés.
El doctor Pilo detalla que “es importante diferenciar una caída del pelo por el propio ciclo de vida del cabello, el cual entra en su fase telógena y se desprende, pero el folículo se mantiene, del inicio de una alopecia. Al día, se nos caen de media entre 50 y 100 cabellos, algo que forma parte de un proceso normal”.
Los primeros síntomas de la alopecia prematura comienzan con la aparición de dolor, picor o escozor o al percibir cambios en la naturaleza del cabello, que se vuelve más graso, opaco o fino de lo habitual. Por otro lado, es importante recalcar que, además del principal componente hereditario, factores como el uso de productos capilares muy agresivos, la contaminación, el secado o el planchado excesivo y los malos hábitos alimentarios también pueden contribuir a una pérdida de cabello entre los jóvenes.