Gracias, madre, por darme la vida. Por cuidarme de pequeño. Por no reñir cuando lloraba. Por estar pendiente de mí a todas horas. Gracias madre por ser como eres. Por estar, ahora que soy mayor, también pendiente de mí sabiendo como estoy. Pero no se puede, hoy por hoy, hacer nada. Estoy enfermo madre. Y no lo estoy porque sí. Yo no quiero estar así y que tú estés pendiente de mí como cuando era pequeño. No quiero hacerte sufrir. Yo quiero cambiar, llegar a ser para ti un hijo como otro. Eres buena conmigo, pero estoy enfermo madre. Quiero que estés orgullosa de mí aunque esté enfermo. Ésa es mi meta y lo que quiero para ti. Espero que vivas muchos años. Te llevo en el mejor trozo de mi corazón. Gracias por darme la vida y por darme todo el cariño de vida. Gracias por toda tu preocupación. Y que se entere toda Navarra: cuando mi bendita madre pisa el suelo, crecen flores.