He sido testigo de muchos procedimientos de oposiciones, pero ninguno como el que están sufriendo los aspirantes a Técnico de Administración Pública (rama jurídica).
Las pruebas empezaron en septiembre del año pasado y aún no han concluido; pero no es esta tardanza inexplicable lo que tiene indignados a tantos opositores. A estas alturas ya ha quedado claro que van a cubrir tan solo 21 plazas de las 37 ofertadas. ¿Es que no hay más aspirantes preparados? ¿Cómo es posible que la mayoría de los suspendidos en el ejercicio práctico -nada menos que en el práctico- ocupe de hecho puestos de TAP jurídico desde hace 5, 10 ó 20 años al servicio de la Administración, y arrastre el mismo número de años de estudio, y sin embargo no alcance el mínimo exigible para cubrir las plazas ofertadas?
En otras ocasiones se ha alegado que no estudiaban el temario, pero esta vez la gran mayoría superó los dos primeros ejercicios... ¿Quién decide que no están suficientemente preparados? ¿Cuál es la finalidad de ofertar convocatoria tras convocatoria un número de plazas que nunca se cubre? Por si esto no es suficiente se les obsequia con puntuaciones por debajo del 3 para dejar bien clara su incompetencia. Al mismo tiempo, se cubren plazas con notas de 3,66. ¿Significa eso que uno es competente para desempeñar el puesto con una nota de 3,66?
También debe señalarse que, entre los aprobados -de nuevo en el ejercicio práctico- hay gente sin experiencia laboral de ningún tipo ni preparación, ¿es éste un sistema eficaz de selección, a la vista de los resultados, que respeta los principios de mérito y capacidad?
Por otro lado, en una Administración pequeña, en la que todo el mundo se conoce y opositores y miembros del tribunal trabajan juntos, en contra de lo expresado por el Parlamento y a pesar de que el año pasado no fue así, se decide realizar las pruebas a cara descubierta sin utilizar el sistema de plicas. ¿Qué razón puede haber para retroceder de esta manera y eliminar el sistema anterior?
Para aumentar la oscuridad de su actuación y la indefensión de los aspirantes, en la revisión de exámenes el tribunal entrega a cada uno una copia de su examen sin una sola anotación y se niega a dar a los que lo solicitan razones de su puntuación individual. Señores miembros del tribunal, el sacrificio de los opositores merece un sistema justo, o por lo menos serio, un poco de esfuerzo por su parte y que se cubran las plazas, porque no hay ningún motivo para no hacerlo.