Hace ya muchos años que la fábrica de chorizos Pamplonica SA hizo quiebra y, como consecuencia de la misma, 152 trabajadoras/es fuimos despedidos. Ahora nos encontramos que la fábrica ha desaparecido y el terreno ocupado hasta hace pocos meses por la empresa se ha convertido en un solar.

Aquella quiebra dio mucho que hablar, pero solo me referiré a lo que, en su día, los despedidos no nos cansamos de repetir. La quiebra del Pamplonica no era más que el primer paso de alguna operación especulativa. Era su ubicación dentro de la ciudad lo que la hacía atractiva a especuladores que no tenían ningún interés en producción ni en puestos de trabajo. De haber estado ubicada en otro lugar, otro gallo nos habría cantado. Hoy podemos comprobar que no nos equivocamos, y que la operación ha salido redonda para algunos.

La fábrica en quiebra fue en su día adjudicada por una cantidad en torno a los 700 millones de pesetas. Hoy, por los edificios y su traslado se ha pagado una cantidad de 16.989.067 euros, esto es, 2.820 millones de pesetas. Y aún les quedan los 17.000 metros de solar por vender. Antes de la crisis, en operaciones similares se pagaban más de 100.000 pesetas el metro de solar, por lo que podemos decir que el negocio está muy por encima de los 3.000 millones de pesetas o 18 millones de euros.

El despido de 152 trabajadores/as era el primer paso a dar para poder realizar esta operación. Los grandes pelotazos siempre van en contra de los derechos de los asalariados. Y siempre tienen todo el apoyo de la Administración como lo ha tenido en este caso.

Pero todavía hay más. Tras arruinar muchos hogares e incluso vidas, la quiebra sigue sin cerrarse a los 17 años, pues estamos pendientes de que se haga la rendición de cuentas. Ni el juez que la aprobó, ni el abogado que la instó, ni el comisario de la quiebra, ni los síndicos, ni la abogacía de los síndicos dicen ni mu. Tanta gente trabajando en su día para dejarnos a los currelas en la calle, preparando esta operación especulativa, y ahora no cumplen ni con la legalidad, ni con la tarea para la que fueron asignados.

Procedimientos similares se dan hoy en muchos sitios. Consiste en machacar a los asalariados para trampeando y especulando apropiarse de la riqueza por los y las currelas producida y dejarles a estos/as en la calle. Algún trabajador/a también se llevo a casa algún aguinaldo por su aportación a este robo.

Nos quitaron mucho, nos quitaron el puesto de trabajo, pero no nos pueden quitar el derecho a denunciar aquella quiebra cuyo único objetivo era engordar a unos cuantos buitres.

Sigue...

Y seguimos esperando a que convoquen esa asamblea de la quiebra para la rendición de cuentas de la misma como la Ley les obliga. Queremos saber qué ha pasado con el fondo de la quiebra, porque nosotros, los y las currelas, no nos hemos llevado nada.

Patxi Urrutia

Extrabajador de Pamplonica