Al señor Muñoz, presidente de la MCP
ME refiero a sus declaraciones sobre la incineradora de residuos, que aunque se vista de seda como la mona, llamándole planta de valorización energética, mona se queda, es decir incineradora.
La ciudadanía es cada vez más consciente de que el tratamiento de residuos debe enfocarse de manera global y no centrándola en la incineración, de forma que mucho antes de plantearse la incineración hay que reducir, reutilizar y reciclar, y esto supone dedicar a estos objetivos los medios materiales y económicos que tenemos.
Los países más avanzados de Europa en el tratamiento de residuos no van hacia la incineración sino que ya están de vuelta de ella. Hace tiempo que se han dado cuenta de que muchas de las plantas incineradoras se instalaron por ser un gran negocio para unos pocos, en vez de servir a la sociedad en la que se instalaban.
En algunos de esos países se está llegando al 95% de reutilización, reciclaje y compostaje de los residuos sólidos urbanos (RSU), después de un activo proceso de concienciación de la población, educación para el consumo responsable y reducción de residuos, fiscalidad adecuada (alicientes y tasas) para fabricantes y comercializadores y recogida selectiva del 100% de los residuos, de forma que sea prácticamente inexistente esa famosa fracción resto que tanto se utiliza para argumentar a favor de la incineración.
Dice el señor Muñoz, con toda tranquilidad, que tenemos tiempo hasta 2020 para pensárnoslo y a la vez dice que es una barbaridad enterrar los residuos. Claro que enterrar sin más los residuos es una barbaridad. Pero enterrar una pequeña cantidad de ellos, los que tras pasar por las fases señaladas de reducción, reutilización y reciclaje, llevadas a cabo de forma seria y concienzuda, no sólo no es una barbaridad sino que es el último escalón del tratamiento, tal como señala la Directiva Europea sobre Residuos. ¿Qué cree que se hace con muchas de las peligrosas escorias y cenizas de las actuales incineradoras? Y por cierto, el Plan Integral de Residuos de Navarra, aprobado en diciembre de 2010, establece el año 2015 para la instalación de la incineradora, así que tiene menos tiempo del que cree para pensárselo.
Decir que las incineradoras de RSU son productoras de energía (eso quieren decir al llamarlas "de valorización energética") es pura filfa. En realidad necesitan quemar una gran cantidad de gas para mantener la combustión de los residuos sin que se apague el horno.
¿Cuánto le preocupan al señor Muñoz la salud de las personas y del medio ambiente? Las incineradoras de residuos no son ni mucho menos inocuas. Además de las perniciosas dioxinas y furanos se emiten multitud de micropartículas de difícil detección, todas ellas sumamente perjudiciales para nuestra salud y el entorno ambiental.
Por todo esto, señor Muñoz, la ubicación de una incineradora de RSU no se justifica ni en la Cuenca de Pamplona ni en ningún sitio.
Edurne Eguino
Concejala del Ayuntamiento de Pamplona por Izquierda-Ezkerra