A estas alturas del curso escolar se puede decir que el periodo de adaptación está superado. Pero ¿qué entendemos por periodo de adaptación? Sabemos que el ingreso en la EI es un cambio muy importante en la vida del niño, normalmente es la primera vez que se separa de su familia, sale de su hogar para pasar a un espacio totalmente desconocido, con otros niños y otros adultos. Aceptar este nuevo espacio y a estas nuevas personas no es fácil y es normal que en esta etapa aparezcan en el niño conductas de rechazo, tanto de tipo somático (vómitos, alteraciones del sueño, de la alimentación?), como de tipo psicológico (ansiedad, sentimiento de abandono, miedo...). Una de las maneras de manifestar este sentimiento es el llanto. Pero también se dan otras conductas como el aislamiento o el rechazo a la educadora, entre otras. Todas son manifestaciones normales en este periodo.
No hay duda de la importancia que tiene el periodo de adaptación tanto para los niños, sus familias como para los profesionales que están en las escuelas infantiles. Este comienzo en la escuela supone no solo la incorporación a otro mundo sino también la separación de su ámbito familiar donde el niño ocupaba un espacio determinado, con una forma de comunicarse que le dan seguridad y protección. Con el ingreso en la escuela esto se rompe, las relaciones se amplían y la separación de la familia se vuelve dolorosa.
Es en este momento donde el papel de la educadora es fundamental. Ella también tiene que adaptarse al nuevo grupo, conocer a cada niño y reconocerlo como diferente a los demás, sus gustos, preferencias y conseguir que disfrute y se sienta seguro y con confianza. Es importante, en este momento prever y cuidar los momentos más íntimos del niño, y que cada uno de ellos sea atendido de la manera más personal e individualizada posible. Acogerlo en nuestros brazos y acompañarle en el llanto, respetando ese momento. El gesto, la mirada, el estar a su lado son la base para conseguir la seguridad emocional del niño para que se siente feliz. Para crear este ambiente de tranquilidad que el niño necesita, para que puedan ser acogidos en los brazos de la educadora cuando lloran es necesario que los recursos humanos sean los adecuados.
Los trabajadores de las Escuelas Infantiles de Pamplona seguimos manteniendo las reivindicaciones históricas que dignificarían este tramo y a los profesionales que trabajan en el, 0-3 educación, solución al envejecimiento de la plantilla, disminución de ratios y aumento de personal.
Dicen que son tiempos de recortes. Pero donde se trabaja con mínimos es difícil recortar. Los recortes se tendrán que dar allí donde se puedan dar. En Educación no son posibles y menos en el ciclo 0-3. Esta etapa es el comienzo del camino educativo y una buena base es fundamental.
Dicen que no son tiempos de pedir, que estamos en crisis. Pero siempre son tiempos de reivindicar lo que es justo y eso vamos a seguir haciendo, por respeto a los niños que vienen a nuestras escuelas, a sus familias y por defender nuestros derechos como trabajadoras. Desde las Escuelas Infantiles del Ayuntamiento de Pamplona vamos a seguir luchando por una educación pública y gratuita de calidad.
A pesar de las condiciones laborales actuales seguiremos trabajando con ilusión como siempre lo hemos hecho, poniendo toda nuestra energía y alegría en nuestro trabajo para que nuestras escuelas sigan siendo un referente de calidad.
¡Porque el ciclo 0-3 se lo merece!
Inés Zazu Artuch
En representación del equipo educativo de la Escuela Infantil Izartegi