Y por eso no nos han dejado que votemos el llamado Amejoramiento, como lo han hecho el resto de comunidades del Estado sin excepción hace muchos años, y por eso también insisten una y otra vez en acabar con la Disposición transitoria 4ª de -su- Constitución, en la que se nos reconoce a los navarros, como genuinos vascones que somos, el poder adherirnos a la comunidad del País Vasco, junto a las tres provincias hermanas, si así lo decidiéramos democráticamente. Y aunque ese derecho esté mal planteado, con toda mala intención, y debiera ser al contrario, ya que son el resto de territorios de Euskal Herria los que un día formaron parte del Reino de Navarra y los que podrían tener derecho a reintegrarse a ella si así lo decidieran, no debe ser ése motivo para que se pretenda, por la vía de los hechos, privarnos de esa prerrogativa adicional que nadie nos obliga a ejercer, y que en todo caso solo puede hacerse democráticamente. Mucho menos aun cuando la violencia de ETA ha desaparecido.

Y es que cada día se vuelven más habituales estos tics centralistas y despóticos propios de la dictadura que provenimos. Hace poco fue la modificación de la Constitución al dictado de los mercados, después la decisión de la señora Barcina para transmutar graciosamente de un día para otro sus duplicadas dietas de CAN en complemento por responsabilidades adicionales, y así seguido hasta el colmo de los trapicheos que llegan a hacer con los resultados electorales las pocas veces que, de forma tan poco igualitaria, nos dejan opinar, como lo demuestra el apoyo del señor Jiménez (PSN) para mantener a su teórica antagonista, la señora Barcina (UPN), en el poder.

Y esto cada día va a más, de modo que hasta aparecen algunos que se llaman navarros, quizás porque nacieron cerca de Amaia o quizás extraviaron alguna vez sus pasos por aquí, que pretenden acabar con cualquier residuo foral para que Navarra se someta más si cabe a lo que deciden sus verdaderos paisanos desde Madrid.

¿Cómo hubieran reaccionado ante estas tropelías nuestros antepasados de 1808 ó 1833, por no hablar de 1512, que con las armas en la mano salieron a defender a su patria y Estado navarro, o en 1893 -las cuatro provincias que siempre han estado unidas y que no se separarán aunque Gamazo lo diga- que como un solo hombre se movilizaron en defensa de sus fueros y libertades?

Una cosa es ser y sentirse navarro, amar su cultura y tradiciones defendiendo los derechos o fueros de la patria y la nación navarra, y otra, que poco tiene que ver por no decir nada, la vecindad navarra, por mucho que la vigente Constitución asegure que navarros son los españoles residenciados en Navarra, sin que por ello se pretenda poner en duda el igual derecho a votar y decidir en el ámbito municipal de esos vecinos, igual que todos los demás europeos. Ése es el mayor contrafuero de todos cuantos se han cometido desde Madrid contra los pueblos, y en especial contra Navarra, pues navarro, diga lo que diga la Constitución, solo es el que nace en Navarra o de padres navarros, se reconoce como tal y se compromete a defender los derechos de Navarra en primer término, sin por ello dejar de defender la solidaridad y los DDHHCCPP para todos los ciudadanos de España, de Europa y del mundo, y quien dice navarro, igual para el catalán y Catalunya, gallego y Galicia, castellano y Castilla...

Patxi Ventura Sanjuán

Militante de EKA