LA crisis de deuda en la Eurozona y ciertos indicadores macroeconómicos recientes en países como Alemania o Inglaterra han alertado del riesgo de que el escenario recesivo regrese a la economía mundial en 2012, tal como ha advertido el FMI . Así, según JP Morgan Chase Londres, la Eurozona volvería a escenarios ya olvidados de Double Dip en el 2012 (-0,5 % del PIB), con las excepciones de Irlanda y Alemania con crecimientos del 0,2 y el 0,3%.
Dicho informe representa un brutal recorte de las previsiones iniciales para la locomotora europea, con un crecimiento para 2012 de un raquítico 0,2% frente a la anterior estimación de un 2,8%y según Destatis, las ventas minoristas de Alemania, se desplomaron un 2,9% en agosto, cuando los economistas consultados por Bloomberg esperaban de media una bajada de tan sólo el 0,5%, lo que ratificaría la pérdida de confianza de los alemanes en la solidez y estabilidad de su economía.
Ello, aunado con la inevitable depreciación del euro frente al dólar debido a los problemas de deuda soberana en la Eurozona y un posible repunte del precio del crudo debido a desastres naturales y a factores geopolíticos desestabilizantes (que podrían acarrear problemas de aprovisionamiento a otros países, en particular a China), podría dar lugar a episodios de estanflación en la Eurozona para 2012 (inflación rozando el 4 % aunado con un crecimiento negativo del PIB) y producir un nuevo crash bursátil .
Dicho estallido bursátil tendría como efectos benéficos el obligar a las compañías a redefinir estrategias, ajustar estructuras, restaurar sus finanzas y restablecer su crédito ante el mercado (como ocurrió en la crisis bursátil de 2000-2002) y como daños colaterales la ruina de millones de pequeños inversores todavía deslumbrados por las luces de la estratosfera.
A ello se sumaría la inanición financiera de las empresas y el consecuente efecto dominó en una brutal reestructuración de sectores básicos de la economía europea (con incrementos de las tasas de paro hasta niveles desconocidos desde la II Guerra Mundial) , lo que aplazaría sine die el regreso a sendas de crecimiento positivo de las economías europeas, rememorando la década de estancamiento económico de la economía japonesa. (Década perdida).
Germán Gorraiz López