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Las dietas de nuestros enfermos, ¿normalidad amenazada?

HOY todo ha transcurrido con normalidad en nuestro quehacer como técnicos en Dietética del Complejo Hospitalario de Navarra. A las 8 de la mañana hemos vigilado el emplatado del desayuno, comprobando que cada paciente lleve en su bandeja lo que corresponde a su dieta. A varios pacientes les hemos cambiado la fruta que no pueden masticar o no les gusta, a otros les hemos dado cacao en lugar de café, y a varios enfermos con intolerancias les hemos retirado la leche, el melocotón..., y de esta manera hemos adaptado los desayunos a sus necesidades y gustos. Lo mismo se volverá a repetir en la comida, merienda y cena. Y esto lo podemos hacer porque conocemos personalmente a estos pacientes.

Seguidamente hemos elaborado los menús de hoy de las dietas especiales (un 10% del total de dietas servidas, alrededor de 90 diarias) que corresponden a pacientes a los que hemos personalizado la dieta a petición del personal médico o de enfermería, o bien aquéllos que presentan varias patologías y cuya dieta no se ajusta a ninguna de las del código estándar.

A lo largo de la jornada, un paciente de vascular ha requerido una dieta alipídica (exenta de grasa), otro de hematología (sometido a transplante de médula ósea) que ayer comía normal, hoy precisa cambios porque no puede tragar bien, un niño está con la diversificación y hay que darle textura intermedia, dos pacientes que sufrieron un ictus van a iniciar hoy alimentación con una dieta sin líquidos ni sólidos. Suma y sigue.

Con toda la información, hemos hecho el pedido de platos a cocina para que todo esté listo a la hora de la comida. Como muchos de estos platos no se ajustan a la comida programada para hoy, tendrán que ser elaborados de manera individual.

En un complejo hospitalario con tantas camas esta circunstancia es habitual. Tenemos la suerte de poder realizar estas modificaciones en el momento en el que se van a servir las comidas gracias a la cercanía e implicación que existe por parte del personal de cocina. En la mente de todos sus trabajadores está siempre el paciente, de manera que atienden nuestras peticiones de buen agrado.

Las personas ingresadas en un hospital necesitan de una dieta adecuada a su dolencia. La alimentación siempre es importante, pero aún lo es más cuando estamos enfermos. La desnutrición, habitual en los hospitales, provoca un aumento de las complicaciones y alarga la estancia hospitalaria. Desde un control estricto de la alimentación, colaboramos en la recuperación del enfermo.

Nos gustaría que en el futuro, si finalmente el actual servicio de cocina se externaliza, nuestro trabajo como especialistas en Dietética y Nutrición pueda seguir desarrollándose con las mismas prestaciones que ahora.

Sin embargo, nos surgen muchas dudas. Con un servicio externo, ¿la calidad de la alimentación será la misma? ¿Podremos realizar las modificaciones y pedir los platos especiales con la inmediatez que se hace ahora? ¿Cuánto tardará en hacerse efectivo un cambio en la dieta de un paciente? ¿Podremos personalizar el mismo número de dietas y dar tantos platos personalizados como ahora? ¿Tendremos pescado fresco cuatro días por semana? ¿Y una tortilla recién hecha? ?

El ahorro económico que se supone ¿es real? Sabemos que si los pacientes comen peor se aumenta el gasto farmacéutico en suplementos nutricionales, permanecen más días en su habitación e incluso aumentan los reingresos.

Creemos que, si hay que ahorrar, nuestros dirigentes deberán medir muy bien dónde aplican la tijera. Por el bien de todos.

Feli Beaumont, Vicky Cameo, Olga Esparza, Esther Fernández, Arantxa Ibarrola, Lucía López, Arantza Lugea, Natalia Marijuán, Marian Mata, Ainara Maya, Amaya Mendoza, Pili Miquelez, Bertha Ortigosa, Tamara Pardo, Pati Roldán, Arantza Ruiz de las Heras, Montse Sangari, Irune Urreisti, Olga Viñes

Técnicos en Dietética y Nutrición del Complejo Hospitalario de Navarra