ALGO huele, y no precisamente a rosas, en la SD Itxako. Algo coyuntural de tres/cuatro meses, que niega el derecho a unas trabajadoras de élite a percibir por derecho el salario que le corresponde. Algo extremadamente anormal ocurre cuando los sponsors afirman que han cumplido y siguen afirmando que seguirán cumpliendo con el compromiso acordado.
Podemos considerar la situación como anómala y no creíbles las explicaciones emitidas a los medios de comunicación por parte de la directiva de la SD Itxako. Debemos considerarlas meras cortinas de humo no suficientes para encubrir algo de tal magnitud como es la falta de percepción salarial de las jugadoras del club.
Pero lo que no es de recibo de ninguna de las maneras es el mensaje de disgusto y pena del presidente del Itxako porque la noticia de los impagos haya salido a la palestra antes del transcendental partido.
Señor presidente, debe estar disgustado y apenado, y muy mucho, no por la divulgación del hecho en sí; sino porque ha dejado de cumplir la obligatoriedad de pagar el sueldo basándose en excusas que no convencen a nadie.
"Los pagos están garantizados". Nadie se queja de lo contrario, pero sí y hasta la saciedad, de la temporalidad de los mismos; ¿hasta cuándo? ¿Se pretende con ello hacer que las jugadoras, que se queden renueven a la baja?
Es deseo, tanto de unos como de otros, que se aclaren las cosas, y para ello existe un método infalible, que calmaría y hasta quizá acallaría a más de uno: se trata de llevar a cabo una auditoría de todo el tiempo que lleva ejerciendo esa directiva. Con ella sabremos los interesados cómo se han derivado los ingresos a sus respectivos gastos.
Con dicha auditoría se podría conocer el paradero de las reservas monetarias, dónde y para qué se han invertido; si han permanecido en suelo patrio o se fueron a pasar el gélido invierno a las níveas cumbres pirenaicas.
¿Tendrá algo que ver ese hipotético descanso invernal con la ya legendaria coyuntura?
No quiero ni siquiera pensar que se haya despilfarrado en gastos personales y descuidos inoportunos el más mínimo centavo; conozco a los componentes de la ejecutiva y no me los imagino haciendo alguna gatada.
Sé que el dinero existe. Sé que se dispone del suficiente para evitar esta humillación. Haz urgentemente una auditoría y, ocurra lo que ocurra, una vez terminada, vete y dimite con toda la directiva.
No te preocupes, Itxako seguirá. Existen gestoras para encauzar el rumbo de este nuestro club del alma. Agur bero barik.
Mikel Tellechea Castejón