En la calle Olite, frente a la Iglesia de San Francisco Javier y el Mercado del Ensanche, se encuentra un rincón que pese al paso del tiempo y de las modas sigue ofreciendo “lo de toda la vida”. El bar Ksual es uno de esos lugares que dan personalidad a un barrio. Carlos Javier Alonso es quien regenta este clásico local del II Ensanche junto a su mujer, Yurimar Aranguren.

Carlos cogió las riendas del local hace 15 años, cuando en este local estaba el bar Ábrego que “no funcionaba muy bien”, según recuerda Carlos, pamplonés de la “calle Jarauta”. Para fidelizar clientela, Carlos comenzó a ofrecer promociones de pincho mas bebida. Las ofertas de “pincho pote” junto a la personalidad abierta de Carlos comenzaron a dar renombre al bar Ksual. “Lo que de verdad sigue funcionando para coger fama en hostelería es el boca a boca”.

Para seguir ganando adeptos, Carlos ideó para anunciar en el Diario, un bocadillo para tres personas; el bocata submarino. “Al principio lo creé para hacer algo diferencial respecto a los demás bares”, apunta. 15 años después, efecto del “boca a boca” y redes sociales mediante, Carlos y Yurimar llegan a vender en torno a 90 bocadillos “submarinos” cada fin de semana. Dentro de las inmensas barras de pan se introducen tortillas de hasta 7 y 8 huevos, entre otros manjares. “Los bocadillos son una forma de enganchar al consumidor; vienen aquí cuadrillas y junto a los bocadillos se toman rondas de cañas o lo que sea”, dice el veterano hostelero, que está a punto de la jubilación y espera que su pareja siga con el bar. Con unas 40 mesas, el Ksual es un bar acogedor de aquellos donde el hostelero y usuario se tratan de igual a igual. “Por lo pequeño que es y lo mucho que llevamos tenemos una clientela fija: unos vienen a almorzar un pincho, otros al aperitivo y otros a cenar”, describe Carlos mientras sostiene una carta que es corta pero contundente.

En la oferta del local hay desde raciones, que son las que se encuentran en cualquier bar de siempre; hasta sus afamados bocadillos submarino, que contienen entre pan y pan tortillas, lomo y bacon, queso y, como no, ajoarriero. Sin embargo, pese al “boom” que han supuesto los bocadillos, Carlos sostiene que “no va a cambiar nada”. Para Carlos lo más importante es que sus parroquianos estén “como en casa”.

El impulso de tik tok

Los enormes bocadillos se han convertido en la estrella indiscutible del bar cuando el influencer gastronómico Fernando Munárriz subió un vídeo a Tik Tok e Instagram hablando de “los bocadillos de metro y medio que se venden en Pamplona”. “Desde que los subieron a Internet se notó más demanda de la que solía haber”, relata Carlos, que admite que “al principio tuvo miedo de que el bar se llenara de chavales”. Nada más lejos de la realidad, entre su público más adepto se encuentran sobretodo “cuadrillas de gente más o menos mayor”. Pese a que el éxito de los “submarinos” es indiscutible, Carlos reconoce que “con los encargos para llevar, se está desviando de la idea original, que era que la gente consumiera en el local”.

Durante las fiestas de San Fermín, los bocadillos alcanzaron su máximo. “No dábamos abasto, era una locura”, enfatiza Yurimar, la novia de Carlos. La cocina del Ksual está pensada para un volumen de trabajo de bar “que no da comidas”. Sin embargo, en Sanfermines los dos fogones de su estrecha cocina calentaron en un día alrededor de 630 huevos.

Tras el frenesí festivo, Carlos espera ahora que la actividad baje ya que “la ciudad se queda vacía” para tomarse unas merecidas vacaciones. Pese a estar a punto de jubilarse, Carlos abre el bar y lo pone en funcionamiento cada día junto a su novia con la misma ilusión y profesionalidad de siempre. “Si algo funciona, no hay necesidad de cambiarlo”, apunta. Pese a que, como suele repetir, le “queda poco para jubilarme”, confía en que su pareja siga haciendo del Ksual un rincón “de siempre”, mientras se expresa Carlos, va saludando a los clientes con gracia. Los trata como si los conociera de “siempre” porque a muchos de ellos les ha servido desde que hace 15 años cogió las riendas del bar.

En el Ksual el cliente siempre encuentra un ambiente familiar y una gastronomía tradicional, con la garantía de calidad que le dan Carlos y Yurimar con su experiencia.