EN febrero de 2012, al acudir a solicitar la prestación por desempleo de cuatro meses por haber cotizado un año, me aplican el siguiente baremo: usted ha cotizado a la Seguridad Social 378 días seguidos a jornada completa. El último contrato es de dos días a jornada parcial, el 89,30%. Su prestación se calcula a ese porcentaje, al 89,30%. Pese a mis protestas, no hay nada que hacer. Unos 650 euros que me roba la Administración porque he pagado por ello con mi trabajo.
Tengo 53 años, estoy separada y con tres hijos estudiando a mi cargo, con lo que el subsidio por desempleo pagaría mi Seguridad Social como mayor de 50 años. Al solicitar el subsidio, porque pasados esos cuatro meses sigo sin trabajo, se aplica la reforma laboral,que entra en vigor dos días antes. Ahora ya no tengo derecho a esa prestación como mayor de 50 años en situación crítica. Por tanto, con 53 años y sin ninguna posibilidad de trabajo, no cotizo a la Seguridad Social, con lo que nunca cobraré una jubilación medianamente digna, pese a haber trabajado como una mula. Ahora, además, con la reforma laboral, me pagan el subsidio de desempleo con arreglo al último contrato laboral de dos días, a tiempo parcial. El otro contrato de un año no sirve para nada.
Esa manida cifra de los 426 euros que cobran los subsidios de desempleo a mí me parece un lujo. Yo cobro 376 euros. Para mantener a una familia de cuatro personas. Por tanto, la Administración me vuelve a robar unos 1.750 euros en los dos años a los que tengo derecho al subsidio.
Paralelamente, se aplica el copago en Navarra. Yo pago el 50% de los medicamentos, pese a estar en la más absoluta miseria y haber presentado un recurso a la Administración. Me contestan que para aplicar el copago se están basando en mi declaración de la renta de 2010-2011.
Soy socia del polideportivo municipal Egüés, donde hasta ahora pagaba una cuota mensual como familia numerosa. Unos 17 euros. Desde enero de 2013, a efectos de pago, ya no pago cuota reducida, sino general, 25 euros, porque también se basan en mi declaración de la renta del 2011, pese a haber presentado un recurso aportando mi declaración de la renta actual, en la que no llego a ingresar 6.000 euros al año.
He presentado recurso tras recurso, hasta donde permite la Administración sin pagar tasas. Todos absolutamente se han rechazado. Te remiten al derecho de presentar recursos contenciosos administrativos, donde para reclamar 16 euros, tienes que pagar 300 de tasas.
Es decir, para pagarme a mí, aplican todas las reformas actuales del 2012 y 2013, con lo que cobro al año un subsidio de 4.500 euros.
Para que yo pague se basan en mis ingresos de 2010, hace tres años, cuando era una trabajadora media con ingresos de 21.000 euros anuales.
Lo único que me queda es emigrar con mi familia en cuanto terminen los estudios mis hijos. Emigrar para siempre, sin ninguna nostalgia por volver a este país de ladrones legales. Y emigrar pronto, porque casi han conseguido quebrar mi espíritu. Emigrar antes de que me conviertan en una piltrafa humana sin autoestima y sin posibilidad de salir adelante en cualquier otro país con menos sinvergüenzas en el Gobierno.
Carmen de García Arias