"de los 87 navarros detenidos por vinculaciones terroristas en Navarra desde 2005, un 19,5% ha estudiado en el -instituto- Iturrama". Así aparece en el artículo que sobre el tema ha publicado el diario El Mundo.

Existe la creencia de que las matemáticas no engañan, que expresan siempre la verdad inequívoca. El propio Platón, allá por el siglo V a.C. colocaba a los números -que son el fundamento de las matemáticas- en el mundo verdadero de las ideas, frente al mundo material de las cosas al que consideraba falso. Pero, como ocurre con tantos aspectos de la vida, debemos distinguir entre lo que algo es y el uso que los humanos hacemos de él. Lo que es aplicable a los avances científico-técnicos también lo es a los números, es decir, de la misma manera que se afirma que la energía atómica, por ejemplo, puede tener un buen o mal uso, los números también.

Uno de los argumentos más utilizados en las contiendas ideológicas, en los debates políticos y demás, es el recurso a los datos, es decir, a la expresión matemática de algo; "los datos no engañan", se dice, creyendo que de ese modo se está en posesión de la verdad y de la razón. La realidad, sin embargo, es bien distinta. Los números, en forma de estadísticas sobre todo, pero no únicamente, son objeto de manipulación intencionada cuando se desea atraer a la opinión pública por motivos, sobre todo electorales. Añadiré algunos ejemplos que ilustren y aclaren lo dicho hasta ahora. Si deseo que la enseñanza en euskara sufra un desgaste y que la gente deje de matricular a sus hijos e hijas en esa opción y, de paso, pongo en cuestión a las fuerzas políticas que apoyan dicha opción educativa, puedo utilizar un dato que impresione, como ha hecho El Mundo y la presidenta de la Comunidad Foral. Si analizamos lo que afirman El Mundo y Barcina, y que aparece en el primer párrafo de este escrito, lo primero que hay que señalar es que los datos son falsos puesto que desde 2005 hasta la actualidad han sido detenidas 12 personas de ese centro, tres de ellas por violencia callejera, no por "vinculaciones terroristas". Por lo tanto, ya no sería el 19,5% sino aproximadamente la mitad, es decir, el 10%. Pero, además de partir de datos falsos, se da manipulación en varios sentidos: si las últimas personas detenidas lo fueron en 2010, existe manipulación por publicar los datos ahora que están cercanas unas elecciones en Navarra, y no en ese año 2010. Además, se omite -lo cual es otra forma de manipulación- que:

1) En Pamplona solo hay dos centros públicos que oferten Enseñanza Secundaria en euskara, siendo el de Iturrama el más antiguo y el que más alumnado ha acogido.

2) Más de un tercio de los detenidos lo fueron en un mismo año y acusados del mismo delito, lo cual denota una mayor influencia de una coincidencia relacional y probablemente afectiva entre los mismos que el hecho de estudiar en un determinado centro.

3) La decisión de que hubiera centros exclusivamente de modelo D (en euskara) separando las dos líneas que convivían hasta el curso 95-96 la tomó quien entonces ostentaba el poder, es decir, el PSOE y la mantuvo quien le sucedió, es decir, UPN, de acuerdo con el planteamiento que entonces defendía HB.

Consideremos, al hilo de lo que estamos tratando, estas otras afirmaciones en la línea de lo que aquí denunciamos: "El 90% de los miembros de ETA son católicos". "A un 80% de los miembros de ETA les gusta el fútbol". ¿A alguien se le ocurriría vincular al catolicismo o al fútbol con la pertenencia a ETA? Pues eso es lo que han hecho El Mundo, El Gato al Agua, Libertad Digital, Navarra Confidencial, UPN y su presidenta Yolanda Barcina a la cabeza y un largo etcétera más.

Para terminar, Begoña Sanzberro, exconsejera del Gobierno de UPN, afirmaba en el programa Debatea de EITB que "los datos son los datos, que dos más seis son ocho" y que "nadie ha cuestionado los datos que han aparecido". Espero que este escrito le ayude -no solo a ella, por cierto- a reconocer y a corregir su error: dos más seis son ocho, pero dos miembros de ETA más seis profesores no dan ocho miembros de ETA.

Julen Goñi