EL pasado mes de octubre el sistema de salud de Navarra sufrió una enorme pérdida ocasionada por el repentino fallecimiento del doctor Carlos Amézqueta, médico de familia y trabajador incansable por la mejora del sistema sanitario de nuestra Comunidad Foral. Un grupo de compañeros de profesión le van a rendir un más que merecido homenaje el próximo jueves en el Colegio de Médicos de Navarra, en el que también participará una representación de sus pacientes.

Carlos Amézqueta, pamplonés de nacimiento, cursó sus estudios de Medicina en la Universidad de Navarra, y se especializó en Medicina familiar y comunitaria en Vitoria. De regreso a su Pamplona natal, trabajó durante un corto periodo de tiempo en el Servicio de Urgencias extrahospitalarias, hasta que ganó su plaza en el centro de salud de Iturrama, donde desarrolló la mayor parte de su vida profesional. De su actividad como médico baste contar lo que observé uno de los últimos días en que disfruté de su compañía. En los escasos metros de recorrido entre el centro sanitario Conde Oliveto y un café próximo, nos encontramos con tres pacientes suyos. Los tres le saludaron con cariño y con respeto, y a los tres los conocía por su nombre.

Sin embargo, Carlos Amézqueta no se limitó a ser un extraordinario médico de familia, entregado a su profesión y a sus pacientes; a quienes atendía, como bien dicen todos los que le conocían, sin mirar el reloj, y además con una sonrisa. Ese mismo entusiasmo por su querida profesión también lo tuvo para asesorar, colaborar, promover y liderar la mejora continua de la atención primaria, la integración de la actividad clínica de atención primaria con la de atención especializada, la introducción de la historia clínica electrónica, la protección de datos clínicos, la mejora de la calidad, la promoción de la salud y todo aquello que redundara en la mejor atención de los pacientes y en la mejora del estado de salud de la población.

Aunque se distinguió por su estudio y planificación de la atención a las enfermedades cardiovasculares, el doctor Amézqueta era la persona indispensable para todas las actividades que promovía la Dirección de Atención Primaria y el departamento de Salud, desde el sistema de acreditación de la formación continuada, de cuya comisión formó parte desde su creación, hasta la planificación de la atención a las enfermedades crónicas. Era indispensable para todas estas actividades por sus conocimientos, por su capacidad de trabajo y también por su capacidad para conciliar los intereses de todos en beneficio del paciente. El departamento de Salud ha reconocido esa dedicación dando su nombre a una beca de investigación sobre insuficiencia cardíaca en atención primaria, que desde ahora lleva el nombre de Beca Carlos Amézqueta.

Todas estas razones y muchas más, que no tienen cabida en una nota como esta, justifican el homenaje, también abierto a quienes fueron sus pacientes, el próximo jueves, a las 19.30 horas, en el salón de actos del Colegio Oficial de Médicos.

Javier Carnicero Giménez de Azcárate

Exdirector de Atención Primaria y Salud Mental del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea