coincidiendo con el Primero de Mayo, Día del Trabajo, como trabajadora en un centro de atención a graves discapacitados de Navarra, quiero exponer a la opinión pública mi sentimiento, unido al de mis compañeros/as, para que nadie sea engañado y prevalezca la verdad.

Como les he mencionado, soy cuidadora de atención directa en un centro que atiende no solo a discapacitados con graves carencias físicas, sino también psíquicas. Llevo 22 años prestando mis manos y mi corazón a estos enfermos. Últimamente están ingresando graves casos psiquiátricos, más difíciles de cuidar, que a su estado físico van implícitos serios problemas de conducta, que exigen una atención más personalizada, y que necesitan más tiempo que los demás. Al final de la jornada, acabas exhausta, física y psicológicamente, pero con la conciencia tranquila, y la satisfacción del trabajo bien hecho. Tengo unas magníficas compañeras, con las que comparto desde hace muchos años mi vida profesional, y que cada día, me dan lecciones de vida, cuando contemplo cómo se involucran emocionalmente con estos enfermos, dándoles un afecto sincero, y una competencia profesional forjada a lo largo de los años.

Ayer, día 2 de mayo, muy a pesar nuestro, comenzamos la huelga indefinida. Les informo que antes de llegar a esta desagradable situación, hemos agotado todos los medios en nuestras manos para evitarla. Los comités de empresa de los respectivos centros llevan varios meses intentando negociar un convenio digno. Desde el inicio de las negociaciones, los responsables de las empresas, a las que se ha adjudicado su gestión por parte del Gobierno de Navarra, no han mostrado el mínimo interés por avanzar en la negociación. Es más, han conseguido bloquearla, y han tratado con desprecio a nuestros representantes. Ante esta circunstancia, los trabajadores estamos desilusionados ante la actitud del señor Alli, consejero de Bienestar Social, que no solo permanece impasible ante esta situación, sino que continúa otorgando la adjudicación de conciertos a empresas que no están cumpliendo sus obligaciones con el convenio vigente. No estamos pidiendo un aumento salarial. Tampoco de plantilla, con la falta que nos hace. Tan solo pedimos lo que en justicia nos pertenece. Les explico. El escollo más grande de la negociación es el pago del complemento de capacitación que se adeuda a los trabajadores desde hace varios meses. Este concepto implica el correspondiente a cada trabajador, en función de su antigüedad en la empresa. Aquí radica el problema. El gabinete presidido por el señor Alli afirma que ha otorgado a las empresas una partida económica destinada al pago del mismo, mientras que los responsables de la gestión de las mismas lo desautorizan, diciendo que no la han recibido. Los trabajadores somos conscientes de que en el caso de existir esa partida, va a parar íntegramente al índice de beneficio de las respectivas empresas. Es más, alguna de ellas, para asegurarse la adjudicación, ha pujado por debajo de la cantidad estipulada como referente en las bases para poder optar al concierto.

Es inmoral que en estos tiempos de crisis, estemos padeciéndola los trabajadores. Hoy día, las empresas privadas se lanzan como buitres a obtener conciertos que no implican riesgos, como son las residencias de ancianos y los centros de discapacitados. Los navarros no podemos permitir la mala gestión del dinero público que se está haciendo en nuestra comunidad.

¡Basta ya! Queremos ser tratados con dignidad, no como esclavos. Termino haciendo mención a uno de los eslóganes que proclamamos en nuestras concentraciones, y que deja en evidencia lo que está ocurriendo: ¡Gestión privada, robo a mano armada!