Síguenos en redes sociales:

Abonados o aficionados

En Pamplona hay muchos más toristas que toreristas y muchísimos más abonados que aficionados. Los seguidores de la Feria del Toro aceptamos con resignación la programación de la comisión taurina de la Meca, que, variando dos o tres ganaderías, siempre nos ofrece más de lo mismo y sentimiento de que algo falla. La bravura hay que verla en el caballo; el premio de la pasada feria al mejor puyazo quedó desierto. En la mejor Feria del Toro, a lo largo de estos años, ¿cuántos pañuelos azules o naranjas se han visto? Solamente uno, azul e injusto, en 2006. Es para pensar.

La fiesta debería evolucionar. La frase mas comentada en el tendido es "si hay toro, no hay torero, y viceversa". Lo digo porque cuando el maestro está por encima del toro y éste se raja, por lo menos el matador tiene aplausos o vuelta al ruedo. Cuando, por el contrario, el espada no quiere ni ver al toro, y quiere que se lo mate el picador, el toro (que ha ganado la partida) se va por la puerta falsa. No lo ha visto ni el ganadero y se va camino del desolladero, teniendo que aguantar las pitadas que le hacen a su contrincante, pero sin un premio para el merecedor.

El matador que torea en Pamplona ya sabe a lo que viene. Tiene toros de verdad, con astas de verdad y que han corrido el encierro. Tiene que ser digno, valiente y sacar toda la bravura y cualidades de su oponente, buscando no el indulto, que parece una utopía, pero sí un pañuelo azul, que seguro que irá acompañado de alguno blanco.

Soy aficionado del tendido cuatro, gracias a un buen amigo, pues no tengo la oportunidad de también ser abonado, que es lo que más me gustaría. Propongo, para dar más aliciente a la novillada del día 5, que se celebre un concurso de seis ganaderías, participando las mejores de fuera y las punteras navarras, que tantos premios se están llevando dentro y fuera de esta comunidad, varios de ellos en ferias francesas. Me parece interesante pues estamos dentro de la Feria del Toro, y creo que tiene mucho más atractivo para los aficionados navarros seis utreros de distintas ganaderías (entre ellas navarras), que una novillada de El Parralejo, y que conste que no tengo nada contra ella.

Para ser toro bravo antes hay que ser bravo novillo. Estoy seguro que a todos los aficionados les gustará esta atractiva y novedosa idea, estableciendo un premio para el novillo más bravo y quizás hacer así profetas en su tierra a los ganaderos navarros, que tan difícil lo tienen. Imaginen que si se indultara algún utrero suyo, sería algo simplemente sensacional.

Como decía el abuelo Mari, mi mentor taurino, que ahora verá las corridas desde el palco más alto, esperemos que en esta nueva feria se conjuren la bravura del toro con la valentía y el buen hacer del torero y consigamos emocionarnos con alguna faena.