hasta que Martínez Pujalte se afeitó su bigote era un calco humano de Martínez El Facha, el personaje de El Jueves que acaba de jubilar su dibujante Kim después de 38 años de cita semanal con los lectores. Era un calco de imagen y de ideología, lo más casposo del casposo franquismo. Pero, ya se sabe, la realidad siempre acaba superando a la ficción más arriesgada. Mientras Martínez El Facha abandona El Jueves con toda su panda de trasnochados nostálgicos del régimen franquista para buscarse la vida en Venezuela como asesores del presidente Maduro, Martínez Pujalte nos descubre el negocio real de cobrar 5.000 euros al mes, además de su jugoso salario del diputado del PP, por hablar cada 15 días un rato con un empresario de la construcción y contratista de las administraciones públicas. A 5.000 euros el cafelito. El exministro, expresidente del Congreso y ahora embajador de la Marca España en Gran Bretaña, Federico Trillo, aún le sacaba más jugo a la charla con café: 9.000 euros mensuales. Si no es un caso de soborno, se le parece mucho. Pero le llaman asesoría verbal y, según alardea Martínez Pujalte, en esta España suya es todo muy legal. Ya se sabe, por esos andurriales de la política española el vale todo ha sido la norma del régimen bipartidista. Que no sea ético se la trae al pairo. No tiene un pase.
