Pero si resulta que, a la Ribera de Navarra ¡UPN tampoco la cuida! Me he leído de pe a pa el demoledor informe sobre los ayuntamientos que publicaba este periódico y no me negarán que impacta conocer las cifras de pobreza energética, de nivel de estudios o de exclusión social en la parte de Navarra que parecía ser la más mimada por los políticos que han mandado en los dineros forales los últimos 24 años. Que las tasas de paro son mucho más altas en Queiles-Cascante y Alhama-Corella que en la propia Sakana, donde alcanza el 23,5%. O que son los contribuyentes de la Ribera Alta y del área de Tudela los que tienen más dificultades para llegar a fin de mes, con la media de ingresos más baja. Dice el informe que ninguneo y recorte ha habido para todos: a los 180 pueblos del Pirineo les tumbaron su Iniciativa Legislativa para mejorar la atención sanitaria; en los ayuntamientos del Noroeste las inversiones públicas parecen haber pasado a la historia; y a la zona de Tafalla, por ejemplo también, le cortan las alas y las conexiones ferroviarias. Tanto ir al sur de Navarra a celebrar el día del partido, a exaltar la jota y el regadío y la agroindustria y, en realidad, las comarcas de la Ribera son las más machacadas.

La verdad, visto el caso que hace el palacio de la Diputación a los navarros periféricos, igual no es majarada aquella idea de dar la espalda a tanto centralismo, volver al sistema de merindades y que cada una mire para donde mejor se sienta: los de la Ribera, hacia el sur; los del Pirineo, hacia los suyos; los del Noroeste hacia el noroeste y los de Tierra Estella para su sitio. Y el Área de Pamplona, como en México: Iruña Distrito Federal.