la imagen de Antonio Hernando arrastrando el papelón de ser el portavoz del grupo socialista para defender la abstención en favor de Rajoy tras haber sido el portavoz más exigente del No a Rajoy en el PSOE, es otra prueba histórica de aquella vieja leyenda política que dice Roma no paga traidores. Hernando fue el Bruto que apuñaló a Sánchez en el golpe interno del Comité Federal que le echó de la Secretaría general, y la recompensa de los golpistas que controlan ahora el aparato socialista fue ponerlo en primera fila del ridículo y obligarle a comerse en público el marrón de su traición a Sánchez. Como dicen las amatxis, hace falta tener cuajo para subir a la tribuna del Congreso a decir lo contrario que has dicho durante meses. La frialdad y la desolación que reflejaban las caras de los diputados socialistas -mucho no aplaudieron ninguna de sus excusas-, es la mejor evidencia del alcance de la impostura política que le obligaron a protagonizar. Hernando, uno de esos sombríos miembros de los aparatos de los partidos que sobreviven a todo tipo de pugnas internas atrincherados en los fríos despachos de las grandes sedes, sabe que su futuro ya no está en la política. Se acabó con su interpretación de ayer. Pero sabe que hay otro futuro aguardándole detrás de cualquier puerta giratoria. Mucho cuajo el de este Hernando.
- Multimedia
- Servicios
- Participación
