Gestión de recursos desde la MAM
me encuentro con la grata información de que “Medio Ambiente realizará un estudio hidrogeológico sobre la capacidad del acuífero de Lóquiz-Ega a partir de agosto”.
Casualmente estaba leyendo un libro que con el título de Urbidea, Cauce y patrocinado en parte por la Mancomunidad de Aguas de Montejurra en 2010, un centro educativo de la ciudad del Ega conmemoraba su 40 aniversario. Me encuentro en este libro con la dedicatoria de nuestro querido amigo y escritor Ángel de Miguel que nos dice: “Calla la lluvia cuando lloran los cauces: eterno arco iris”.
Desde el centro educativo y en palabras de su entonces director, se agradece de modo muy especial a la MAM, y copio literalmente “que se ha volcado con la intensidad de los manantiales de Tierra Estella”.
En la legislatura 2011/2015, tuve el honor de representar al Ayuntamiento de Estella-Lizarra en la Asamblea de la MAM, conocedor por lo tanto de las reivindicaciones de ayuntamientos de Valdega en relación al problema por ellos planteado sobre la captación irracional de agua de los acuíferos de Mendaza y de Ancín.
Durante cuatro años, preguntas sin respuesta, malas formas, menospreciando al débil, prepotencia sin límites por quienes se supone debían de analizar o defender nuestros intereses, parecía un problema de otro planeta, no de nuestra Merindad.
Tal vez su actuación responda a intereses que la mayoría desconocemos, y es que es difícil de entender.
Parecía como si esto no fuera con nosotros, como si un recurso natural y tan necesario como el agua, no tuviéramos que tener en cuenta ni siquiera para propiciar un mejor futuro de nuestros hijos/as o de la sostenibilidad medioambiental.
Ha tenido que ser el Tribunal Supremo quien haya obligado a la MAM a paralizar las obras para la extracción de agua en los pozos, obras que ni siquiera contaban con el permiso de la Confederación Hidrográfica del Ebro, todo un signo de imposición por parte de la MAM a la hora de ejecutar decisiones tanto de carácter técnico como con el beneplácito político, algo muy habitual en esta institución pública, dirigida por quien no merece el mínimo respeto de la ciudadanía por tal comportamiento.
Espero, como vecino de Tierra Estella, que se exijan las responsabilidades por el perjuicio que se pueda ocasionar y espero que nadie de los responsables se amparen en lo que se está convirtiendo en habitual en términos jurídico-técnicos, la ignorancia.
Que podamos seguir viendo el arco iris bajo la lluvia y nos acaricie el sol sobre Valdega.
El autor es exconcejal de Estella-LIzarra