Con fecha 6 de mayo Navarra Suma anuncia que “propone un nuevo sistema de becas universitarias”.

Efectivamente, las becas universitarias fueron uno de los temas más controvertidos al principio de esta legislatura: comenzaban las duras críticas por parte de UPN y el PP (socios actuales, junto a Ciudadanos, de Navarra Suma), críticas que han tratado de desprestigiar la labor de Educación, queriendo perpetuar un sistema injusto de becas y orientado principalmente a favorecer a los estudiantes que optaban por realizar sus estudios en la Universidad de Navarra, sistema que había perdurado durante los últimos años de gobierno de UPN.

El sistema de becas que el nuevo gobierno propuso fue recurrido por la Universidad de Navarra y por la Asociación Educación Esfuerzo y Excelencia 3E. En el primer caso, el Tribunal Superior de Justicia de Navarra inadmitió el recurso contra la convocatoria de becas para el curso 16/17 por considerar que dicha institución carece de legitimación para impugnar al no ser la Universidad de Navarra la beneficiaria de las ayudas, sino el alumnado. En el segundo caso, además, el tribunal entró en el fondo del asunto e introdujo otras consideraciones de interés, que se pueden leer en la propia sentencia.

Ahora, como la memoria es frágil y las mentiras salpican el discurso político de los integrantes de Navarra Suma, vuelven a sacar el tema. Y lo hacen presentando, por una parte, como nuevo, algo que lleva haciendo el Departamento de Educación desde el curso 2016/2017, y por otra parte, planteando ideas descabelladas que ya fueron rechazadas por el TSJN en la sentencia nº 000108/2018 de fecha 21 de marzo de 2018.

Procedamos al análisis a partir de los datos y tomando como base la convocatoria actualmente en vigor para poder contrastar los datos que expongo a continuación:

-Navarra Suma presenta como novedoso el carácter complementario de las becas y afirma que su grupo tiene como objetivo “devolver el carácter complementario que tenían las becas del Gobierno de Navarra a las becas del Ministerio”. La realidad es que las becas del Departamento de Educación del GN son ya actualmente complementarias de las becas del Ministerio de Educación y Formación Profesional, como se especifica en la base 1 del anexo (carácter de la convocatoria).

-Además, afirman que “su nuevo sistema” tendría en cuenta el nivel de renta de las familias. Por supuesto, como no podría ser de otra forma, este aspecto es uno de los que ya contempla la convocatoria actualmente en vigor en la base 8 (Requisitos económicos) y en la base 9 (Percepción y cuantía de las becas y ayudas), teniendo en cuenta diferentes umbrales en relación con las rentas familiares de forma que benefician a las familias que tienen una situación económica más necesitada. No es cierto, como afirma el señor Esparza que, “el actual modelo beneficia las rentas más altas y perjudica las más bajas”. La falta de veracidad de esta afirmación puede comprobarse en las bases 8 y 9 del anexo de la convocatoria y en la sentencia del TSJN nº 000108/2018.

-Por otra parte, introducen como si fuera nueva la idea de premiar el resultado académico y el esfuerzo. Una vez más, esta ayuda ya existe y se especifica en la base 9.4.8.1. (Ayuda por expediente académico) de la convocatoria.

-Respecto al estrés familiar, neologismo que introducen para el impacto que los estudios universitarios pueden tener en las familias, se contempla ya en la base 8.3 (Deducciones de la renta familiar disponible) y en la base 9.3.

-En relación con la idea que defiende Navarra Suma de que las familias tengan libertad para elegir cualquier universidad española (pública o privada), conviene recordar que la financiación de la Universidad Pública de Navarra, sufragada con fondos públicos en un 80%, está dirigida fundamentalmente al alumnado navarro puesto que es aquí donde contribuyen las familias con sus impuestos a sufragar su financiación. Considero una irresponsabilidad lanzar a la opinión pública la idea de que alguien pueda elegir cualquier universidad (en estudios que se imparten ya en la UPNA) según sus deseos, y que se pague con dinero público a través de las becas, cuando se está financiando una universidad también con fondos públicos, de forma que se estarían duplicando los pagos por el mismo concepto.

En el caso de que la titulación no se imparta en la UPNA, el alumnado tiene la posibilidad de acudir a la Universidad de Navarra. En este caso se tienen en cuenta las circunstancias específicas de este alumnado y el mayor importe de las matrículas. Igualmente se ha tenido en cuenta una situación transitoria para el alumnado que estaba realizando ya sus estudios en la UN antes de esta convocatoria. Toda esta información se puede consultar en la base 9.4.1.1 de la convocatoria.

Y por último, el alumnado que no puede realizar estudios ni en una ni en otra de las universidades en Navarra, tiene opción a solicitar, junto a la beca por estudios, otras ayudas de transporte, comedor y residencia (base 5).

En conclusión, Navarra Suma falta a la verdad en sus afirmaciones. Existen razones técnicas contrastables y comprobables que ponen de relieve su falta de rigor al hablar de un tema tan sensible para las familias navarras.

La autora es directora general de Universidades y Recursos Educativos del Departamento de Educación del Gobierno de Navarra