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Mesa de Redacción

Joseba Santamaria

La trama corrupta de Gürtel y la jeta de cemento del PP

l Tribunal Supremo ha confirmado la existencia de una trama de financiación irregular en el PP durante dos décadas. Un duro varapalo al PP que confirma la dura sentencia emitida hace dos años por la Audiencia Nacional y apuntala la investigación judicial de los denominados papeles de Bárcenas, la Caja B del PP. El Supremo ratifica y avala la demoledora sentencia inicial sobre la trama central del caso Gürtel -un proceso que se ha alargado en el tiempo 11 años-, mediante la que se condenó a los cabecillas de la red corrupta por amplios y graves delitos y se señaló al propio PP, socio histórico de UPN durante todos esos 20 años. Es la enésima constatación de un estado de corrupción generalizado que ha anidado en los cimientos de diversas estructuras institucionales, políticas y económicas que han pervertido la esencia misma del sistema democrático en el Estado español. Queda acreditado que entre 1999 y 2005 las empresas de Gürtel y el PP tejieron un auténtico y eficaz sistema de corrupción institucional a través de mecanismos de manipulación de la contratación pública central, 69 y local a partir de su estrecha y continua relación con influyentes militantes de dicho partido. Un caso de una gravedad inusitada, porque el beneficio que extrajeron el PP y sus dirigentes de esas actividades delictivas ha supuesto durante años una distorsión del funcionamiento democrático al romper la igualdad entre partidos y no solo, aunque también, durante las campañas electorales. La trama Gürtel es solo una de los numerosos montajes en los que aparece implicado el PP como organización y también buena parte de sus principales dirigentes históricos a partir de 1990 con la llegada de Aznar a la presidencia del partido. Incluido Rajoy, presidente del PP desde 2004 y habiendo sido vicesecretario general desde 1990. Es decir, Rajoy ha estado presente en la alta dirección del partido en todos y cada uno de los casos de corrupción que ha protagonizado el PP. Un gigantesco entramado de hipocresía, cinismo y falsedades que abarca a buena parte de las instituciones del Estado y al poder económico y financiero. Los intereses particulares se han impuesto a la ética democrática y han acabado irrumpiendo en el control de la toma de decisiones políticas y en un asalto indisimulado a los recursos públicos. Este fallo del Supremo sobre Gürtel es sólo uno más: quedan aún otras piezas pendientes de juicio, entre ellas, además, de los papeles de Bárcenas, el listado de los sobresueldos a dirigentes del PP. Que el PP y sus medios afines intenten ahora devaluar el alcance de la sentencia del Supremo no es más que una estrategia desesperada para confundir a la opinión pública. Una pataleta absurda que denota en todo su alcance la falta de moralidad y ética política que inunda el discurso político de la derecha. Que Rajoy califique la sentencia como “reparación moral” a su persona pese al contenido de la misma más que una mentira más es simplemente patético.