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la carta del día

Ley de Protección a la Infancia y Conferencia Episcopal ofendida

a nueva ley defendida por la ministra Jone Belarra en el Congreso es una buena noticia. Incluso le parece bien a la CEE, Conferencia Episcopal Española€ Mientras no les afecte a ellos. Vamos a intentar analizar el alcance de la ley y porqué la reacción de los obispos de la CEE. Se amplían de los 18 a los 35 años la edad en que puede denunciar quien ha sufrido abusos. Una violación infantil por un religioso se podrá denunciar hasta la edad de 50 años. Es la suma de los 35 más los 15 de la máxima gravedad. Teniendo en cuenta que la pena máxima aplicable es de quince años, solo afectará a los delitos producidos después de 1971. La presencia de enseñantes clérigos en esa década ya era muy baja, por tanto menos riesgo de denuncias. Eso tranquiliza al poder eclesiástico.

Los 30 navarros que hemos denunciado públicamente nuestros abusos estamos fuera del plazo de prescripción. Lo fuimos en las décadas del 50 y 60.Tenemos entre 60 y 80 años. De cualquier manera, creemos que la Ley supone un avance en la lucha contra la pederastia y la celebramos.

Las denuncias de pederastia han sido importantes en las iglesias de diferentes países. La de Polonia reconoce más de 3.000 casos. En Irlanda, varios informes revelaron que el abuso de menores en centros católicos era una práctica común y constante. Australia ha podido comprobar unos 620 casos de abusos sexuales a menores desde la década de 1930 hasta la actualidad, mientras que en Alemania se recibieron casi tres mil denuncias.

Los obispos holandeses ordenaron que se investigaran más de 200 denuncias de abusos sexuales de supuestos casos que ocurrieron entre 1950 y 1970. La Iglesia argentina ha tenido entre 2004 y 2009 al menos cuatro sacerdotes condenados por abuso de menores. Se han declarado y enjuiciado casos de pederastia en Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Méjico, etcétera.

La Iglesia de Estados Unidos ha tenido que indemnizar con grandes cantidades a los abusados en la segunda mitad del siglo XX. Ha habido más de 1.300 abusos verificados desde la década de 1950. Estos casos acabaron con compensaciones millonarias y enormes pérdidas económicas. Sin embargo, también la Iglesia en España is diferent. Lo que más le preocupa es que los abusados, a través de la Justicia, reciban indemnizaciones.

Dice que tiene solamente una decena de sacerdotes condenados por abusos sexuales a menores. A las oficinas de atención a las víctimas que abrieron hace un año por orden del Papa, solo han acudido 150 personas y, según Osoro, primado de Madrid, habría "siete u ocho" casos nuevos.

Nuestro arzobispo Pérez declaró que no había habido contactos de abusados con la comisión creada en Navarra. Ergo€ No ha habido abusos. No parece lógico ir a denunciar tus abusos al organismo que ha amparado a tus abusadores. A la jerarquía católica española solo le importa la posible imputación por parte de la Justicia Penal o Civil. Internamente tienen la canónica que más que justicia es un cuarto oscuro donde esconder sus delitos.

La doctrina Ratzinger declara que las investigaciones internas de la Iglesia sobre los casos de abuso sexual infantil están sujetas a secreto pontificio. No deben ser denunciadas a las fuerzas públicas, bajo pena de excomunión, hasta que las investigaciones canónicas sean completadas. En España se sigue. Al papa Bergoglio ni se le escucha, ni está ni se le espera. Según la contabilidad que lleva El País a través de sus investigaciones, sentencias y noticias en medios, en este momento ascienden a 242 casos, con cerca de 550 víctimas.

La ministra navarra Jone Belarra afirmó que la Iglesia Católica ha sido cómplice con la violencia sexual hacia los niños. Sin embargo, parece que los obispos se han sentido ofendidos. Han denunciado a la ministra por "ensuciar" a la Iglesia con "una acusación gravemente injusta" que "no se corresponde en absoluto con la verdad". La Iglesia española dice que las palabras de Belarra son "presas de un rancio anticlericalismo". Que "utilizan a la Iglesia para la confrontación política en una estrategia de ruptura y confrontación".

Dijo Blázquez en la Facultad de Teología de la Universidad del Opus, "meteremos el bisturí hasta donde haya que meterlo". En vez de poner la otra mejilla han ido con el cortante instrumento a por la yugular de la ministra.