odo esta raro estos días, todos y todas estamos raros, desorientados, como fuera de sitio, como si el mes de julio se hubiera movido del calendario, como si una oleada de viento lo hubiera cambiado todo. La tómbola ya ha cerrado, se desmontan las barracas, la feria de arte de Arco se inaugura el día de San Fermín... todo está fuera de su tiempo habitual. Nada encaja. La ciudad de Iruña también está desconcertada viviendo lo que no está acostumbrada a vivir. Toca de nuevo ser ejemplo porque nos mirarán desde todo el mundo y eso es mucha responsabilidad. Toca no ser noticia, que no se hable de nosotros, que pasemos con poca gloria y menos pena por la semana en la que entramos. Que no seamos el escenario perfecto para el guión que nadie quiere escribir. Que los protagonistas no sean los malos de la historia porque nadie ha sido bueno. Hay ganas de todo pero son tiempos de casi nada todavía, y en estas fechas más si cabe. Porque si ya hace un año todo era raro éste lo es más. Entonces éramos optimistas, ahora cuesta serlo. Son muchos días a prueba, mucha fiesta contenida, demasidas emociones encorsetadas, subidas y bajadas en una montaña rusa de días buenos y momentos malos. Por eso estamos raros, fuera de lugar, como un encierro en tiempos de pandemia.