lgo pasa con Letizia Ortiz. Y no tiene nada que ver con el Camino de Santiago. De pronto, los altavoces mediáticos de mediamañana comienzan a meter ruido agitando una vieja cuestión: ¿por qué no se ha vacunado todavía la reina? Tiene 48 años, muy pronto cumplirá 49, y ya está en la franja de edad que al menos ha recibido una dosis. Las fuentes de La Zarzuela consultadas -qué bien queda esta frase en los tiempos que la noticias solo se contrastan en las redes sociales...- no lo niegan y añaden que cuando se vacune la Casa Real lo comunicará oficialmente. El caso es que el rey imitó a Ana Rosa Quintana y recibió la primera dosis con luz, taquígrafos y cámaras que inmortalizaran el acto. Pero Letizia no ha dicho aún ni este brazo es mío. Todo el mundo sabe que la periodista entronizada tiene la mala costumbre de pensar por sí misma, que es amante de la comida sana, que no bebe alcohol, y que trata de mantener hábitos saludables. Costumbres que transmite a sus hijas. No quiero decir que estos sean argumentos para no vacunarse, pero el jaleo de ayer por la mañana me incita a pensar que algo está pasando y alguien está interesando en que se sepa. Yo le preguntaría a Peñafiel...