avarra ha resistido. Ha hecho frente al durísimo golpe que la pandemia supuso, primero, en el ámbito sanitario, y después en el económico y social. Echo la vista atrás y todavía resuena la incertidumbre, el tornado de datos y cifras. En nuestro recuerdo, las víctimas del covid-19 y sus familiares. Pienso en el inicio, hace más de quince meses y la luz se vuelve tenue. La gestión de la pandemia se convirtió en el desafío más complicado, inverosímil y difícil de soportar. Sin embargo, hoy puedo afirmar que ese tortuoso camino hizo fuerte el liderazgo de la presidenta de Navarra al frente de un gobierno de coalición, que algunos intentaron derrumbar.

Apremiaban respuestas rápidas a problemas inéditos. Y ahí, tanto la ciudadanía como el gobierno de María Chivite respondieron con determinación. La pandemia nos ha dejado aprendizajes. El más importante, desde mi punto de vista, la conciencia común, social y política. Hemos aprendido que juntos somos más fuertes, hemos aprendido a ser más empáticos y solidarios. Sin duda. Hay quien lo ha asumido desde el principio. Desgraciadamente, la derecha ha jugado con la pandemia a un partido que no correspondía. Pero eso quedará en el saber y sentir de cada uno.

Y a todo esto, una vez más, Navarra ha resistido. Porque nuestra comunidad, foral y diversa, desde hace dos años se gestiona desde la asunción de la pluralidad, proponiendo la cohesión de todos sus territorios, de sus gentes, de su cultura y sus lenguas. Acordando y defendiendo los derechos sociales y socialistas por encima de todo, instaurando igualdad entre hombres y mujeres y construyendo un futuro justo, feminista, más verde y digital. Una Navarra que no deja a nadie atrás.

Navarra avanza y este Gobierno tiene la suficiente mayoría política y social para construir un futuro sólido, asentado en la fortaleza de sus instituciones y en la ciudadanía. Quien no lo contemple así, tendrá un problema dentro de dos años, al no haber comprendido el amplio respaldo logrado con las políticas progresistas.

Navarra construye el futuro de progreso. La etapa que ahora se inicia debe estar unida al debate parlamentario, a la negociación y a los acuerdos de los puntos en los que la mayoría nos encontramos. Porque será así como nuestra tierra se adapte a los retos postpandemia.

De momento, nuestra comunidad forma parte de los PERTE anunciados por el Gobierno de España y será una unidad fundamental para la producción del coche eléctrico y el desarrollo del proyecto Ebro Food Valley, con el que la industria agroalimentaria augura un futuro prometedor. Y todo ello, sumado a la apuesta de los socialistas Pedro Sánchez y María Chivite por infraestructuras clave para Navarra. Nuestras promesas son ya hechos. Pese a quien le pese. Tras la paralización del Canal de Navarra y el Tren de Altas Prestaciones, ahora tanto el Ejecutivo de España como el Foral impulsan estas infraestructuras necesarias para hacer de Navarra una tierra de progreso.

Es tiempo de recuperación y los números así lo confirman. En Navarra, el paro ha descendido por quinto mes consecutivo y ha registrado una cifra histórica al ser el dato más bajo del conjunto de los meses de julio. Las exportaciones registraron en mayo un incremento del 58% respecto al mismo mes del año anterior.

Y todo esto se suma a las ayudas del Gobierno Foral para responder en la salida de la crisis a los más vulnerables e incentivar la actividad social y económica de sectores como la cultura, el deporte o la hostelería.

Con el inicio del nuevo curso político, la asignatura que todos los grupos parlamentarios debemos aprobar es el acuerdo de unos presupuestos para Navarra acordes a la realidad postpandemia. Unas cuentas que permitan al Gobierno de Navarra gestionar con solvencia. Los socialistas tenemos claro que eso pasa por activar políticas de progreso, a favor del medio ambiente, de adaptación digital y modernización de la industria, de fortalecimiento de los servicios públicos con garantía de una sanidad, educación y derechos sociales justos, equilibrados e igualitarios. Unas cuentas que deben responder a los problemas actuales y reales de la ciudadanía. La negociación de los presupuestos es lícita y es parte del trabajo parlamentario. Lo que no parece tan convincente es desligarse de acuerdos por el mero hecho de entorpecer y obstaculizar la labor del Ejecutivo. El tiempo lo dirá.

Mientras tanto, desde el PSN-PSOE trabajamos por avanzar en la coordinación y comunicación entre Navarra y España. Así lo demuestran las relaciones entre el Gobierno Foral y el estatal. Es evidente que para prosperar en autogobierno, España debe reconocer las especificidades de nuestra tierra y así lo está haciendo.

Progresar es poner en común lo que nos une y sumar en el camino emprendido con la perseverancia, el trabajo y la implicación de la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite. El liderazgo del PSN-PSOE en el Ejecutivo Foral es de presente y se mantendrá en el futuro.

El autor es portavoz parlamentario y secretario de Organización del PSN-PSOE