quel famoso exministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, el que le ponía medallas públicas a las vírgenes, el del Opus, tenía un amigo ángel al que llamaba Marcelo. Cualquiera tiene un amigo ángel. Un amigo del alcalde de Pamplona, Enrique Maya, no sabemos si es un ángel o un casta, pero al parecer, según el propio alcalde, es el que estaría detrás de la idea del alcalde de alargar los Sanfermines de 2022 hasta el 17 de julio. Ya total, como el 14 cae en jueves, tres días más qué problema es, le imagino diciendo al amigo y Maya, pues qué más quiere que amigos así. Porque Maya es muy de Pamplona. Y muy de Sanfermines. Aquí si no lloras al menos una vez a la semana porque no ha habido Sanfermines en 2020 ni 2021 y no haces la escalera hacia arriba y hacia abajo y la vuelta haciendo el pino ni eres de Pamplona ni de los alrededores. Maya es mucho pamplonés. Por eso le parece bien eso y que sean unos Sanfermines los mejores de la historia universal y hacer cosas especiales con la Feria del Toro y hasta traer conciertos de primer nivel mundial y todos los gigantismos que se le vayan ocurriendo a él, a sus amigos y a la Asociación de Hostelería, que también dice el alcalde que hace mucho que defiende esos conciertos. Claro, y yo. Y el de más allá. ¿Pero tiene que ser todo en San Fermín, no se puede repartir de la gracia económica del asunto por el calendario gris de esta ciudad? Al margen de eso, también habría que ver si sacarse de la chistera 3 días más de jarana y jolgorio es cuando menos respetuoso con una ciudad, señor alcalde, que no olvide que vive más de ciento y pico noches de juerga al año en su zona cero. 100 y pico noches. Esto no es Roncesvalles. Aquí hay bulla muchos días al año y para mucho vecino demasiados días al año. Mejoren todo lo malo que hay cada día, que es mucho, y ya pensarán luego cómo mejorar esos 9 días de julio. 9 días. Ya está bien, ¿no?