Nada fácil
l asunto ahora parece que pasa por el ocio nocturno y la hostelería y el pasaporte covid, cuando llevamos meses de apertura total y hasta ahora no parecía que fuese mayor problema que te pidan los papeles para entrar a un bar. Sinceramente, creo que pedir un papel en el que muestres si te has vacunado o no es una intromisión total en la vida privada de cada cual y en algo que solo incumbe a cada persona. Y estoy vacunado y me vacunaré las veces que haga falta y ojalá se vacunase el 100% de la población, pero en este caso concreto no creo que haya que cargar las tintas entre vacunados y no vacunados y menos para dar acceso a unos sí y a otros no a determinados lugares, amén de que, nuevamente, metes a la hostelería a ejercer un papel que no tiene por qué corresponderle, el de revisor o policía o sanitario, un papel que se suma a otros tantos que han tenido que ir asumiendo a lo largo de estos últimos 20 meses. La consejera de Salud, no obstante, ya anuncia que es una situación que todavía no está ni mucho menos decidida aunque sí que está entre los posibles caminos a seguir, a pesar de que no es una decisión que se pudiera tomar en base a brotes, ya que "no se están dando allí especialmente". Si en pasadas olas la hostelería fue el centro del huracán con cierres y restricciones, ahora de nuevo suena como uno de los posibles escenarios llamados a protagonizar posibles cambios debido a la nueva escalada de casos e ingresos, pero sería conveniente antes de dar ningún paso no solo analizar si es ajustado a derecho o no sino también si es ético o no, no ya solo como digo para la hostelería, sino también para las personas, tanto las que se han vacunado como las que no, a las cuales no sé qué ascendente existe para preguntarles si han pasado por un acto médico o no. Ni una ni otra situación es sencilla, pero sería de agradecer que ese aspecto se tuviera en cuenta.