Es muy mala esta combinación de elementos, sobre todo si lo vives en carne propia y en tus alrededores.Pasé covid en marzo del 2020, me quedé bastante tocada, con cierta insuficiencia respiratoria y más ansiedad de la esperada. Podría decir que estos dos últimos años han sido como 10 años trabajados anteriormente. ¿Qué es lo que pasa para que así sea? Alguien ya predijo que lo peor de toda esta pandemia iba a ser la salud mental. El ámbito educativo es el que más está sufriendo las restricciones por covid: mascarillas dentro, fuera, ventanas abiertas, frío, corrientes cruzadas ahora sí, antes no, corralitos en el patio para cada grupo aula, filas para circular en los pasillos, planes de contingencia que ahora lo hago, ahora lo corrijo, ahora lo ajusto..., elaboro el PANP ( Plan de Atención No Presencial) para cuando confina un aula (que antes era con un alumno y ahora es con 5 o un 20% del grupo). En fin...para volverse loco.Pero lo peor viene cuando se muestra cierto descontrol desde Sanidad con los protocolos a seguir para declarar qué alumnos de un aula confinada deben guardar la cuarentena y quiénes no y las listas oficiales que envían a los centros. Me cuesta creer que no hay un cotejo entre el listado que Sanidad maneja de cada enfermo, en este caso niños, con su historial médico y las listas de alumnos que figuran en Educa. No puede ser que al centro llegue una lista con información de qué alumnos deben de guardar cuarentena y la realidad sea otra porque en dicha lista no se ha tenido en cuenta ni la pauta de vacunación ni si se ha pasado la enfermedad ni cuándo.Lo peor de esto es que no sé si Sanidad lo tiene claro ni si todos piensan y transmiten la misma información. ¿No se confinan con una vacuna? ¿Con vacuna y covid en menos de 90 días? ¿Con vacuna y Covid cuando sea?De esta situación se desprende cierto malestar entre las familias y los centros escolares que no sabemos cómo actuar, como si nosotros tuviéramos interés en confinar a unos niños sí y a otros no. ¿La verdad? Ansiedad, nerviosismo, doble trabajo (los de clase y los de casa) y malestar generalizado. Para esto mejor no confinar las aulas y que cada alumno lo vaya pasando como si fuera una gripe.Y eso que no he contado el alumnado de las familias negacionistas, del cual no sabemos nada porque ni se hacen pruebas, ni guardan los tiempos precisos en los confinamientos, siendo de nuevo los maestros quienes, por el bien del resto del aula, debemos hacer de rastreadores. ¿Ansiedad? Poco me parece.

*La autora es maestra y Jefa de estudios