ay una tira de Mafalda en la que ésta le pregunta a Felipe: "¿Has pensado en lo que ocurriría si no existiera la distancia...?". Y ella misma se contesta: "Que todo estaría aquí". Entonces, Felipe piensa: "Todo aquí: el Kremlin, el Llanero Solitario, los Beatles, África, Disneylandia, Cuba, El Muro de Berlín, Jerry Lewis, Vietnam, Pelé, el Ku Kux Klan...". Y el pobre se desmaya mientras Mafalda está diciendo: "¿Te das realmente cuenta, Felip...? Sí, se da realmente cuenta".

Pues el caso es que ese momento de que no haya distancias ha llegado. Y así, si en Estados Unidos los grandes inversores se ponen a golfear con productos económicos tóxicos, tú te vas al paro. Y si un chino se come un pangolín, tú tienes que lidiar con una pandemia. Y si Rusia invade Ucrania, a ti te suben los precios de toda la compra, y cruza los dedos para que no te den un fusil y un casco y te manden a defender la frontera de Moldavia, que a saber dónde cae.

Hace unos meses circulaba por las redes sociales una reflexión de ésas que te hacen sonreír pero por no llorar: "¿Qué pensará del mundo y de la vida un niño canario de ocho o diez años que ha tenido que soportar ya una pandemia mundial y la erupción de un volcán...?".

Y quizás te haya dado por pensar que parece que últimamente el mundo se está acelerando, porque notas que cada vez pasan más y más cosas en menos tiempo. Hasta que descubres que lo que en realidad ocurre es que ese frenesí es una consecuencia de la globalización del mundo en la que no habías reparado: si todo está cada vez más interrelacionado, todo lo que ocurre te va a afectar más que nunca, de un modo u otro. El efecto mariposa ya no empieza en otra parte del mundo, porque ya solo hay una parte, la de un aquí que cada vez es más grande.

Y por eso, toda crisis económica, guerra, epidemia o catástrofe natural, acaba siendo más o menos mundial, y da igual que veas en el mapa que Wuhan está a 26 horas de avión o que Kiev está a 3.200 kilómetros, porque ya no hay distancias. Y la famosa frase de Terencio -"Nada de lo humano me es ajeno"- cobra un inesperado nuevo sentido literal.

Si todo está cada vez

más interrelacionado,

todo lo que ocurre te va

a afectar más que nunca