Lástima que en el Nürenberg sólo fueran juzgados por crímenes de guerra al finalizar la Segunda Mundial los perdedores, pues ningún vencedor compareció a pesar de los muchos mérito que acumularon. En aquel juicio se generó una legislación que ha sido esencial para la posterior defensa de los derechos humanos. En Ucrania se están cometiendo atrocidades por ambos bandos, pues los responsables están provocándose mutuamente en un conflicto de intereses por el dominio del petróleo y el gas y disputándose la hegemonía bélica emponzoñando la miseria y crueldad de la guerra con propaganda tendenciosa, por lo que deberían comparecer ante un segundo Nürenberg donde se enjuicien los delitos de lesa humanidad que están cometiendo en la Europa del siglo XXI una ralea de políticos que son tan responsables como los de la Segunda Guerra Mundial. Sí, como Hitler, Mussolini, Stalin o Franco, pero también Churchill, Roosevelt, Petain y el presidente Truman, que ordenó lanzar dos bombas atómicas sobre Japón provocando miles de muertos y ruinas y que justificó con cinismo afirmando haberse salvado muchas vidas. Además de los dictadorzuelos de todas las cloacas en el mundo. También se condenó en Nürenberg a los generales y científicos asesinos que diseñaron la estrategia y tecnología macabra organizando ejércitos cuyo armamento se testó sobre vidas humanas en ciudades como Gernika, Leipzig, Londres o Rusia, donde murieron 30 millones de rusos y en el Holocausto los nazis achicharraron a 6 millones de judíos. EE.UU. arrasó en Vietnam, Korea, después en Irak. Ahora mismo en Ucrania, Yemen, Palestina y toda África. Los vencedores criminales no pasaron por Nürenberg ni tampoco toda una pléyade de nazis que se ocultaron y reaparecieron sanos y salvos, con la aureola de inocentes convertidos en demócratas que son los fundadores de la UE, de la OTAN y que aprovisiona de armamento a Ucrania. Así se escribe la historia.