Sin entrar en el contenido de "la carta del día" de DIARIO DE NOTICIAS publicada en 17/04/22, me gustaría opinar sobre un par de expresiones relacionadas con la sexualidad que aparecen en el texto. La primera de ellas la encontramos tras un saludo al presidente de Gobierno al que se le acusa de estar "destinando millones del presupuesto a cuestiones que rodean al sexo, como si lo esencial se redujera a la bragueta".Sobre este asunto, me gustaría aclarar que no todo lo sexual, no todo lo que tiene que ver con la sexualidad, tiene que ver con "la bragueta". El hecho de nacer con sexo, el hecho de ser seres sexuados, salpica todas nuestras vivencias, no solamente las relacionadas con la erótica (el deseo). El sexo nos influye en la manera de vestir, en la manera de relacionarnos, es decir, en la manera de vivir en general que elegimos como mujer, como hombre o como una combinación de ambas. Porque todas nuestras vivencias inevitablemente las sentimos desde el sexo que somos. Por ello debemos suponer que si los millones del presupuesto del Ministerio de Igualdad se destinan a asuntos que tienen que ver con el sexo, no son solo para que clítoris, penes y demás partes erógenas disfruten, sino también para otros menesteres como, por ejemplo, para que el entendimiento y la igualdad de derechos entre los sexos evolucione hacia una situación más justa que la que hemos tenido hasta la fecha, en la que un sexo tiene claros privilegios con respecto al otro.La otra expresión que me gustaría comentar por sexista, discriminatoria y faltona es la que el autor del artículo le dedica a mujeres que gobiernan "mientras visten las ministras comunistas con grandes elegancias, llenando sus cuentas monetarias con cifras bien amplias". Aunque bien pensado, creo que como la frase se califica por sí sola, voy a intentar rebatirla con dos sencillas preguntas: ¿Qué tienen de especial las ropas de las ministras comunistas con respecto a otras diputadas? ¿En qué se diferencian sus cuentas monetarias de las de otras personas que ocupan escaños?Como soy ateo convencido, los asuntos que aparecen en el texto sobre sanedrines, dioses, Barrabases, salvadores y Jesuses prefiero no comentarlos porque no son lo mío.