or lo que se ha visto en los últimos días y semanas ya han comenzado por estas tierras en paralelo a las fiestas patronales las fiestas estadísticas, más en concreto las encuestas electorales. A menos de un año para las elecciones forales y locales, partidos y diversos medios de comunicación han aireado sus estudios o sondeos y, como de costumbre, según quien sea el emisor de los datos la feria mejora para unos y empeora para otros. En todo caso, por ahora parecen coincidir en varios puntos: bajada de un hipotética reedición de Navarra Suma, aparición de Vox -que acogería la casi totalidad de la bajada de Navarra Suma-, ligera subida del PSN, ligero ascenso de Bildu, leve descenso de Geroa Bai y situación bastante similar tanto para IE como para Podemos, que desde hace ya tiempo y visto que la guadaña del 3% es muy cercana ya llevan tiempo trabajando en una candidatura conjunta que aleje esos fantasmas del voto a la basura y les otorgue la verdadera representación porcentual y parlamentaria que ostentan en la calle. Un panorama meramente previsible, por supuesto, pero que encajaría bastante bien con lo que suele ser esta tierra: un elefante que, salvo la aparición espectacular de Podemos en 2015, se mueve con aparente lentitud en unas direcciones u otras y en las que los descensos y ascensos aunque se producen no suelen dar lugar a grandes sorpresas. Eso sí, todas por ahora coinciden en un aspecto clave: cualquier vuelta de la derecha al gobierno pasa porque el PSN lo permita y pacte con Esparza y sus huestes. Desde el PSN siguen insistiendo que este panorama no tiene espacio en sus cabezas y que su apuesta es firme y decidida por gobiernos de coalición con el bloque de esta legislatura, pero, como es obligado, todo esto habrá que verlo cuando llegue el momento y más si las discrepancias de los últimos meses, que en el PSN minimizan, no amainan.