Erase un país donde ocurrían cosas rarísimas, y sin tocar la política, pues es un tema, ya de locos. Si ojeas la prensa, te encuentras con comentarios curiosos, por ejemplo, hace unos días, en Sucesos venía un titular que decía: “Condenado a dos años de prisión por tocarle el trasero a una menor en un bar”. También leíamos que el esfuerzo de estudiar suponía una violencia contra la infancia. Son tantas y tan curiosas las noticias que nos dan que no llegamos a curarnos de espanto, pero una reciente, decía que “la justicia europea desestima todos los recursos y avala la liquidación del Banco Popular”. Recordemos que el Banco Santander compró el Popular por un euro, dejando a los accionistas de éste, como se dice vulgarmente ¡en pelotas! Lógicamente los accionistas del Popular fueron a los tribunales y ganaron los numerosos pleitos, incluso con costas. Uno se pregunta: ¿Qué pinta la justicia europea en un caso así? Y seguimos preguntando: ¿De qué sirven nuestros tribunales? Para los pobres accionistas del Popular, esto si es un mal sueño.