Los pésimos resultados electorales consecutivos cosechados en los comicios autonómicos de Madrid, Castilla y León y, sobre todo, Andalucía han obligado al líder del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a abordar una “renovación” en la cúpula del partido de alcance limitado y recorrido incierto. Hace tan solo nueve meses que la formación socialista afrontó en su 40º Congreso celebrado en Valencia cambios en su estructura con la misma intención de reforzarse ante los retos que se avecinaban. El carácter urgente y extraordinario del Comité Federal celebrado ayer, en el que se aprobó la renovación del núcleo duro en torno a Sánchez, muestra el fracaso de la apuesta realizada hace menos de un año y la dificultad del PSOE de adaptarse a los nuevos tiempos y a los acontecimientos –en algunos casos, ciertamente excepcionales– que han agitado la política mundial, en especial la guerra en Ucrania y la gestión de sus consecuencias económicas y sociales. La reciente dimisión de la hasta ahora vicesecretaria general Adriana Lastra ofreció a Sánchez la gran oportunidad de abordar una renovación interna que corre el riesgo de quedarse en el mero maquillaje de cambios de personas si no se procede a un cambio real de estructuras, políticas, métodos, conocimiento a pie de calle de las necesidades y reivindicaciones de la ciudadanía y análisis profundo de las distintas realidades para actuar con determinación. El calado de los cambios introducidos y los reiterados mensajes lanzados este sábado por Sánchez durante su intervención ante el Comité Federal respecto a que la “prioridad clara” del PSOE es ganar las próximas elecciones municipales y autonómicas de 2023 no permiten, sin embargo, pensar en una renovación con objetivos más allá de las urnas. El momento elegido permite a Sánchez fortalecerse internamente pese a los últimos varapalos electorales, al afianzamiento del PP desde el liderazgo de Alberto Núñez Feijóo –que ya le supera en las encuestas– y a las desavenencias internas y con sus socios y aliados de gobierno. El mayor peso que adquiere el dirigente navarro Santos Cerdán y el regreso de Patxi López, que será nuevo portavoz del grupo socialista en el Congreso, pueden significar guiños de Sánchez hacia Navarra y la CAV que podrían ser ciertamente interesantes pero que, en cualquier caso, deberán confirmarse con hechos.