Europa está camino de fragmentarse con el auge de los populismos fascistas tras la victoria de Meloni en Italia, Rusia amenaza con una bomba nuclear, Irán vive una de sus mayores revoluciones sociales en protesta por la muerte de Mahsa Aminie y los españoles son cada vez más pobres por la subida de los precios de los alimentos y la energía, pero las conversaciones de cafetería y calle me devolvían este lunes las últimas novedades sobre la supuesta ruptura de Tamara Falcó e Íñigo Onieva. Quizás porque necesitamos válvulas de escape en nuestra ajetreada vida, porque no terminamos de creernos los cuentos de hadas y nos gusta saber cómo una pareja estupenda con éxito y dinero salta por los aires en apenas dos días y a la vista de todos en Instagram. La colaboradora del Hormiguero confirmaban su enlace para el 17 de junio de 2023, una boda que tendría más exclusivas que las de la Preysler. En un mundo hipermediatizado, es difícil que en algún momento la intimidad que vendes por fascículos no se vuelva en tu contra. En este caso, el vídeo que se filtró de Íñigo Onieva besando a una mujer horas después de anunciar su boda con Tamara evidencia esa doble vida de mentira que llevan muchas parejas de famosos que se venden como ideales. Y ya puestos me mojo, tengo especial debilidad por la Falcó, pero creo que las disculpas de Onieva llegan tarde. Ahora resulta que está completamente enamorado de su novia y es la mujer de su vida. Perdonar cuando se pierde la confianza es algo muy personal. Tamara, no pases por el aro!