“La risa mata el miedo, y sin el miedo no puede haber Fe, porque sin miedo al Diablo ya no hay necesidad de Dios”. Es lo que espetó el anciano Jorge de Burgos a fray Guillermo de Baskerville, el memorable personaje de Umberto Eco en El Nombre de la Rosa. Esa dogmática iglesia de los tiempos oscuros del medievo sigue vigente. Está encarnada hoy en la política y los discursos que utilizan los miedos, casi siempre con mensajes sustentados en mentiras o en obsesiones ideológicas, como argumento partidista. Se trata de polarización de la sociedad con un discurso alrededor del miedo y la expansión del odio. En este caso, el odio a una lengua navarra como el euskera. El alcalde de Tudela, Alejandro Toquero, impulsa una moción en el Ayuntamiento para, según dice, “blindar” a la localidad como zona no vascófona ante la posibilidad, en su opinión, de que una mayoría en el Parlamento de Navarra pueda modificar la actual zonificación lingüística. Es solo una hipótesis, pero Toquero la airea ahora como respuesta a una manifestación que el pasado sábado recorrió Tudela por iniciativa del colectivo Hordago! en la que más de un millar de personas reclamaron poner fin a la desigualdad y discriminación que genera a muchas familias de esa zona de Navarra su ubicación como zona no vascófona. No solo es una hipótesis, sino que en caso de que realmente se convirtiera en una decisión política en la Cámara sería un cambio legislativo legal y democrático. La moción no tiene ninguna virtualidad jurídica ni ningún valor político si se convirtiera un día en realidad. Sólo la expansión de un discurso de confrontación territorial entre navarros y la utilización del euskera como una arma arrojadiza en la pugna partidista. La zonificación ya era desde su imposición un modelo excepcional, injusto y discriminatorio y ha ido a más con la evolución social más de tres décadas después. La moción y el discurso de Toquero ni siquiera son un simple brindis al sol, si no más bien un pichorradica sin recorrido. Son precisamente actitudes como las de Toquero las que vulneran la Constitución, la Ley del Euskera, informes del Consejo de Navarra y los tratados europeos firmados por el Estado español para la protección de las Lenguas Minorizadas. Daría risa como el segundo libro de Poética de Aristóteles referido a la comedia, el que ocultaba Jorge de Burgos, sino fuera porque ese uso maniqueo que alienta permanentemente un falso victimismo de Tudela contiene la táctica peligrosa de utilizar el miedo a todo tipo de supuestos enemigos externos como perfil e imagen política personalista. Si no se le teme al euskera, la necesidad de Toquero o de Navarra Suma son aún menores de lo que ya son para los intereses y necesidades de los navarros y navarras en este siglo XXI. Si este es el personaje político que está moviendo las sillas para suceder a Esparza, quizá me equivoque, pero con ese discurso no creo que ni repita como alcalde en 2023. En relación con la distribución de la pobreza severa, territorialmente Tudela es la zona que presenta el porcentaje más alto (15,6%) de Navarra, pero lo prioritario para Toquero es liderar una cruzada contra el euskera. Tremendo intento de empobrecer en su propia cultura a una sociedad democrática y libre del siglo XXI. Haría bien Toquero en recordar el final del hermano Jorge.
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