Para que la fiesta copera de Osasuna –volver a El Sadar y hacerlo ante uno de los rivales menos fuertes (aunque el que se crea que el Sevilla es un rival sencillo no sabe de qué habla)– no sea completa, la Federación Española pone el partido del próximo miércoles a una hora demencial. Por todos estos motivos: 1. La previsión de esa noche es de sensación térmica por debajo de los cero grados. Y, claro está, bajando según pasen los minutos. 2. Una prórroga llevaría el duelo más allá de las 00.30 horas. Y si hubiera penaltis, hacia la 00.45 de la madrugada. 3. Es el único de los cuatro partidos que se va a jugar a esa hora tan tardía. ¿Por qué no se atreven a poner también a las 22.00 el derbi madrileño del día siguiente? ¿Por la bronca que liarían Florentino y Cerezo? El único consuelo que nos queda es que los sevillistas van a flipar, porque el martes entrenarán a 12 o 13 grados y el miércoles se les van a helar hasta las ideas.