LA economía europea continúa resistiendo en un contexto global desafiante, marcado por la guerra en Ucrania. Los precios más bajos de la energía, la disminución de las restricciones de suministro y un mercado laboral sólido respaldaron un crecimiento moderado en el primer trimestre de 2023, disipando los temores de recesión. Esas son las principales conclusiones de las previsiones económicas de la UE de primavera, presentadas esta semana en Bruselas por el vicepresidente Dombrovskis. Este comienzo de año mejor de lo esperado eleva las perspectivas de crecimiento de la economía de la UE al 1,0% en 2023 (0,8% en la previsión provisional de invierno) y 1,7% en 2024 (1,6% en invierno). Las revisiones al alza para la zona del euro son de una magnitud similar, y ahora se espera un crecimiento del PIB del 1,1% y el 1,6% en 2023 y 2024, respectivamente. Sin embargo, la mala noticia, es que debido a las persistentes presiones sobre los precios subyacentes, la inflación también se ha revisado al alza en comparación con el invierno, hasta el 5,8% en 2023 y el 2,8% en 2024 en la zona del euro.

Los precios de la energía

Según la estimación de Eurostat, el PIB creció un 0,3 % en la UE y un 0,1 % en la zona del euro en el primer trimestre de 2023. Los indicadores adelantados sugieren un crecimiento continuo en el segundo trimestre. La economía europea ha sabido contener el impacto adverso de la guerra en Ucrania, capeando la crisis energética gracias a una rápida diversificación del suministro y a una caída importante del consumo de gas. Los precios de la energía más bajos están contribuyendo a la reducción de los costes de producción de las empresas. Los consumidores también se están beneficiando al descender sus facturas de energía, aunque se espera que el consumo privado se mantenga moderado ya que el crecimiento de los salarios va por debajo de la inflación, con el consiguiente poder adquisitivo. Dado que la inflación sigue siendo alta, las condiciones de financiación se ajustarán aún más. Aunque se espera que el BCE y otros bancos centrales de la UE se acerquen al final del ciclo de aumento de los tipos de interés, es probable que la reciente turbulencia en el sector financiero aumente la presión sobre el coste y la facilidad para acceder al crédito, ralentizando el crecimiento de la inversión y afectando en especial la inversión inmobiliaria.

Inflación subyaciente

Después de alcanzar su punto máximo en 2022, la inflación general siguió cayendo en el primer trimestre de 2023 en medio de una fuerte desaceleración de los precios de la energía. Sin embargo, la inflación subyacente (la inflación general sin energía ni alimentos no elaborados) está demostrando ser más persistente. En marzo alcanzó un máximo histórico del 7,6 %, pero se prevé que disminuya gradualmente durante el horizonte de previsión a medida que los márgenes de beneficios absorban las mayores presiones salariales y las condiciones de financiación se endurezcan. La estimación preliminar del índice armonizado de precios de abril para la zona del euro muestra una disminución marginal en la tasa de inflación subyacente, lo que sugiere que podría haber alcanzado su punto máximo en el primer trimestre. Sobre una base anual, la inflación subyacente en la zona del euro en 2023 se prevé en un promedio del 6,1%, para bajar al 3,2% en 2024.

Previsiones de España

Bruselas aumenta considerablemente la previsión de crecimiento para España al subirla cinco décimas y situarla en el 1,9%. El crecimiento previsto para España está muy por encima de la media europea. La mejora se basa en el despliegue del plan de recuperación y a la fortaleza del mercado laboral. La recuperación del turismo en los últimos meses es otro de los factores que permitirá a España situarse entre los países que más crecerá este año. De cara a 2024, la Comisión ha mantenido en el 2% su previsión de crecimiento del PIB. La Comisión también mejora sus pronósticos de inflación, aunque los nuevos números siguen señalando que los precios subirán notablemente este año. La previsión es que la inflación media termine este año en el 4%, cuatro décimas menos de lo previsto hace tres meses. Esta mejora contribuirá a que el consumo privado pueda recuperarse a lo largo del año y contribuye a un mayor crecimiento de la economía. En cambio, los técnicos de la Comisión dudan de que España sea capaz de cumplir su compromiso de reducir el déficit público al 3% y calculan que el desequilibrio presupuestario en España será del 3,3% en 2024. El apocalipsis económico en la UE y en España, tendrá que esperar.