Consigna encarecida en las décadas más duras: no politizar las Fiestas de San Fermín. Este año, 7 de Julio, San Pedrín. Campaña electoral: máxima expresión democrática de politización. El día del Santo, comienzo de campaña. El Pobre de Mí esperará a la noche del 23 de julio. Dará juego. El prestidigitador de la Moncloa ha hecho rehenes de su conveniencia personal a la ciudadanía, a partidos y coaliciones y a todo el complejo engranaje electoral. Plebiscito de urgencia en verano. Su decisión neutraliza tensiones internas en PSOE y Gobierno, abrevia la euforia de la derecha, apremia plazos a la formación de coaliciones, interfiere en pactos autonómicos y concentra a todos en su osado desafío. En el mus de la política –cartas, señas, faroles–, el órdago es siempre suyo. El domingo dejó varios recados: incremento de la desafección ciudadana con aumento sensible de la abstención (más de 4 puntos); EH Bildu empuja hacia arriba en progresión sostenida; UPN aguanta donde estaba antes del tripartito de emergencia, aunque siente el aliento de la izquierda abertzale en su cogote pamplonés; el PSN se mantiene, con ligera tendencia a la baja; Geroa Bai sufre caída de porcentaje de voto y escaños, por debajo de las dos elecciones anteriores y del resultado de NaBai en 2011; Contigo concentra la representación de Podemos e I-E; el PPN se cobra lo que traía de 2015 (2) más la plusvalía de la desaparición de Ciudadanos; y debuta Vox, más que duplicado su voto de 2019. Ahora toca el “juego de tretas” del PSN, la franquicia foral del PSOE. Desde la arrogancia y las ínfulas de superioridad. Estrategia: renegar de Bildu. No podrá evitar retratarse el 17. La socialista Elma Saiz reitera que no apoyará a Asiron. La generosidad de HB en 1979 podría haber caducado. Balduz (5) fue alcalde con apoyo nacionalista (HB, 7; PNV, 2) frente a los 8 de UCD y los 5 de UPN. Apoyar a Asiron es grosero, pero no así forzar su imprescindible apoyo. Por lo visto.