Antón & Maite Piano Dúo

Intérpretes: Antón & Maite Piano Dúo. Programa: Fragmentos de La Consagración de la Primavera, de Stravinsky. Sinfonía en tres tiempos, de Remacha, versión dos pianos. Incidencias: Ciclo UPNA. Lugar: Salesas-Mancomunidad. Llenas las sillas (60), gratis.

Orquesta Sinfónica de Navarra

Thomas Dausgaard, dirección. Programa: Sinfonía nº 5, de Sibelius (versión original de 1915). Lugar: Baluarte. Incidencias: Tres cuartos de entrada. (de 35 a 15 euros).

La antigua iglesia de las Salesas –hoy la Mancomunidad de Aguas–, se ha reabierto, también, como sala de conciertos. Era un espacio de excelente acústica cuando tenía retablos y polvo en las paredes. Ahora, repintada y vacía, su reverberación es de varios segundos. Quizás para algún grupo de cámara vocal polifónico sea aceptable. Para dos pianos, no. Así que el estreno de la Sinfonía en tres tiempos de Remacha, en versión para dos pianos, quedó algo lastrada por la acústica, y, gracias a que los dos excelentes intérpretes –Antón y Maite–, cuidaron los tempi y el pedal, hicieron una verdadera “creación” pianística, de grosor sinfónico, pero independiente de la orquesta. La sinfonía en versión orquestal se estrenó en 2018 (D.N. 13-11-18) por la Sinfónica de Navarra; y fue muy bien recibida, sobre todo en el aria del segundo movimiento. La austeridad característica de toda la música de Remacha abre el primer movimiento, pero los pianistas consiguen una atmósfera musical que flota por todo, hasta un espléndido y potente crescendo final. El segundo tiempo es más meditativo, algo más oscuro, pero, aún con algún choque, no resulta atonal, el oído lo procesa bien, hay lirismo y los pianistas consiguen hermosos matices ligados. El último tiempo es de naturaleza rítmica y más juguetón, incluidas algunas raíces folclóricas. Excelente compenetración de Maite León y Antón Dolgov, y el equilibrio sonoro que logran en el teclado agudo y el sólido andamiaje de los graves. En resumen: una gran pieza pianística, estreno que el propio Remacha llevó a los dos pianos, pero ya escuchado en la orquesta. Comenzaron el concierto con unos números de La Consagración de la Primavera de Stravinsky: los fuertes, impresionantes, emborronados por la acústica; los pasajes delicados, impecables. Ahora este dúo –Anton & Maite– preparan El día y la muerte, también de Remacha. Ojalá les escuchemos pronto.

Como el estreno de Remacha y el concierto de ciclo de la Sinfónica de Navarra se solapaban; me dio tiempo, sólo, a escuchar la segunda parte del concierto de la orquesta. Concretamente, la Sinfonía número 5 de Sibelius; pero en la versión original de 1915. Para nosotros, estreno. Sentía curiosidad por el resultado, sobre todo por el final; y fue un regalo escucharla. Pero, quizás por la cantidad de veces que hemos oído la versión definitiva –o sea la tercera revisión, porque las anteriores no convencían al autor–, la conclusión de la versión original es menos sorpresiva que los seis golpes orquestales y los silencios de la revisada. El comienzo es algo inestable hasta que los violines irrumpen, aunque no acaba de despegar. Esa fluctuación de sonido continúa, se va consolidando en violines con temas que balbucean y por fin se abre al fuerte y se desfoga. El andante tiene un tema amable, de estructura sencilla, ejecutado en pizzicato, casi nos parece intrascendente. El cuarto movimiento (solo en la versión original), comienza con una cuerda nerviosa hasta que las trompas anuncian el grandioso tema que, desde luego, se va a desarrollar con menos poderío que en la versión revisada. Sí que sale ganando la cuerda en todas sus familias –de violines a contrabajos–, con la que los profesores y el titular, Thomas Daussgaard, por fin, nos convencen del retorno al original.