Inanimada figura de la iluminación navideña de la histórica localidad vallisoletana de Tordesillas que ha sido retirada por atentar al pudor: Me va a permitir que, pese a haber un problema de fondo, de primeras me tome a chirigota que el casto alcalde pepero del terruño haya decidido complacer a la pacatería local que juzgaba escandaloso que, entre bombilla y bombilla, hubiera una en la cúspide de su seno que bien podía tomarse como un voluptuoso pezón.

Como tantas veces, el pecado está en la calenturienta mente del observador que corre a rasgarse la vestiduras y sentirse agredido por, insisto, lo que es, hay que joderse, una puñetera bombilla. Claro que, por decirlo todo, esta vez los caspurientos de derecha le han tomado la delantera a los proges que podrían haber denunciado lo mismo. ¿A que sí?