Los periódicos de estos días ofrecen toda suerte de informaciones navideñas con espacios para la antigua estación de autobuses de Pamplona reconvertida en parque lúdico-infantil, para los pajes reales que recogen las cartas de Sus Majestades en el Ayuntamiento o para la tarde movidita que Olentzero tuvo ayer al pasarse por más de una decena de localidades y barrios cercanos a la capital navarra. Todo rezuma lo mismo y bien está si a uno le gustan los llamados días entrañables y no tan bien si los percibe falsos y consumistas. Sintamos lo que sintamos, las fiestas han llegado con sus buenos o malos encuentros, sus comilonas y los regalos. En tanto que un obsequio es un don que se concede, pero también que se desea y demanda, aprovecho que el tripartito municipal que comienza su andadura este jueves ha presentado sus 60 proyectos prioritarios –el tiempo dirá cuántos se ejecutan– para reclamar una de las aspiraciones más antiguas y justas del Casco Viejo: un polideportivo. Un espacio público –como el que disfrutan tantos barrios– donde niños, jóvenes y adultos puedan jugar, encontrarse y hacer deporte. Con suerte, estamos ante la última generación de chavales que se deja las rodillas entre adoquines y sillas de terraza tras una pelota. Esperemos que Olentzero responda esta vez…