Los datos están ahí y son incontestables. Electoralmente, al PSN le ha ido bien cuando ha buscado el entendimiento a su izquierda y se ha dado de bruces siempre que se ha dejado engatusar por los cantos de sirena de la derecha. Basta con echar la vista atrás para comprobar que la ciudadanía ha premiado a los socialistas cada una de las veces que han ido a las urnas con una apuesta clara por distanciarse de UPN y le ha castigado cuando ha hecho lo contrario. Sucedió en 2007. Navarra venía de padecer la única legislatura de mayoría absoluta de la derecha. UPN y CDN habían pasado el rodillo mientras impulsaban negocios ruinosos como el Circuito de Los Arcos y firmaban los todavía más onerosos peajes en sombra, hasta conseguir hartar al PSN, que con la promesa de cambio en aquella contienda electoral logró su mejor resultado del siglo XXI (12 escaños y el 22,5% de los votos). Con Puras al frente, el PSN cerró un acuerdo de gobierno con Nafarroa Bai e IUN, que sin embargo el PSOE lo abortó. ¿Qué sucedió cuatro años después? Que el PSN perdió un tercio de su espacio (se quedó en 9 escaños con el 15,8%). Aun así, hizo una lectura pésima de lo que le demandaba su electorado y pactó un errático gobierno con Barcina. La consecuencia de este engendro fue otro batacazo electoral. En 2015 el PSN tuvo su peor resultado histórico: tocó suelo con sólo 7 escaños y el 13,6% de los votos.

Desde entonces, el PSN ha ido poco a poco afianzando su espacio hasta los 11 parlamentarios actuales (el 20,6% de los votos), y goza de una estabilidad interna que jamás alcanzó en los tiempos de connivencia con el regionalismo. Por ello, cuesta contener la risa cuando se publican encuestas exprés que apuntan a que el acuerdo del PSN con EH Bildu para echar a UPN de la Alcaldía de Pamplona y contribuir a poner orden en el Ayuntamiento le pasará factura.

Es lógico que la derecha, huérfana de poder, anhele aquellos tiempos de los negocietes con constructores, promotores, (¡90 millones se pagaron por los terrenos de Guenduláin donde hoy se sigue cultivando cereal!), de los peajes en la sombra que todavía pagamos los navarros a escote, de las dietas de la desaparecida Caja Navarra, etc, etc, etc. Pero vaticinar que al PSN le va a ir mal por mirar a su izquierda parece una broma.