La reacción en caliente del PSOE después de que Junts tumbara el texto del proyecto de ley de amnistía fue de cabreo. Un medio afín titulaba, citando, como de costumbre, fuentes sin especificar, que el Gobierno español estaba indignado y advertía de que era la amnistía y no la legislatura lo que estaba en riesgo. Otra cabecera cercana sentenciaba con notable voluntarismo: “El PSOE se planta ante Junts”.

No muchas horas después, las declaraciones que llegaban desde Ferraz y/o La Moncloa se fueron templando. El mensaje fundamental era que la legislatura no estaba entredicho y que había tiempo para seguir negociando y alcanzar un acuerdo. La línea infranqueable del martes era perfectamente traspasable, como siempre.

Mientras, en la contraparte, los recados no se andaban en remilgos. Con toda la crudeza, diferentes portavoces de Junts fueron dejando claro que si los socialistas no se avenían a su redacción del texto, Pedro Sánchez podía dar por roto el acuerdo de investidura.

El pronóstico más repetido a la hora de teclear estas líneas es que la sangre no llegará al río y que, por supuesto, será el PSOE quien dé su brazo a torcer.

Los incombustibles caducados del CGPJ

En otra pista del circo, los nueve irreductibles vocales conservadores del caducadísimo Consejo General del Poder Judicial volvían a pedir el frasco de las sales. O lo que es lo mismo en este caso, la celebración de un pleno extraordinario para replicar a las críticas a los jueces por parte de algunos socios del gobierno español.

En el escrito de la solicitud se señala expresamente a la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, a la que acusan de actuar con “aquiescencia” y “mutismo” ante las palabras, entre otros, de Miriam Nogueras (Junts) o Gerardo Pisarello (Sumar).

Eso, mientras en Bruselas, y con la mediación del Comisario de Justicia de la UE, Didier Reynders, el ministro de Justicia y Presidencia, Félix Bolaños, y el vicesecretario de Acción Institucional del PP, Esteban González Pons, celebraban el primer encuentro para tratar de renovar el CGPJ. ¿Resultado? La convocatoria de otra reunión. Continuará.