Rocío Monasterio, diputada de Vox en la Asamblea de Madrid y regular tirando a mala prestigitadora: Menuda pillada en renuncio, la del jueves pasado. Solo estaban 10 de los 11 parlamentarios de su grupo en la cámara (por la expulsión-dimision de un crítico), y, sin embargo, en la votación correspondiente se iluminaron todos los casilleros. ¿Qué pasó? Que usted emuló a Carlos Iturgaiz, cuando, hace ya veinte años, votó hasta tres veces en el Parlamento Vasco por el ausente Jaime Mayor Oreja. Sorprendido en el brutal fuera de juego, contestó lo mismo que usted, que fue sin querer y que, cuando se dio cuenta de la que había liado, ya era tarde porque las dichosas lucecitas no se apagaban. Claro que el auténtico retrato llegó cuando se hizo la ofendida y clamó que hablaban de su fechoría por no hablar de la amnistía. Ya, ya.