Dice la prensa madridista que esta vez sí, que lo ha dicho en serio, que su decisión es irrevocable y que se marcha del PSG a final de temporada.

Y añaden sobre su futuro que es blanco y en botella, aunque ahí ya vemos cierta disparidad entre quienes aseguran que lo anuncia precisamente porque ya lo ha firmado con el tito Floren y quienes saben, o creen que saben, que no está todavía cerrado tal acuerdo y temen que ahora comience una subasta en la que el Real Madrid tenga que pujar contra algún grande de la Premier League o contra la multimillonaria Liga Saudí, de la que nos extrañaría que no hiciera al menos un intento.

Y, a todo esto, más de cuatro meses por delante antes de que se haga oficial su adiós al club francés y su nuevo destino. A los que llevamos ya varios años hartos del culebrón Mbappé (salvo las risas con los cien anuncios fallidos de que “Ahora sí que viene”) nos van a dar unas cuantas tazas llenas.