Mejor definición, imposible. La carrera de los valientes celebró ayer su octava edición para concienciar a la sociedad navarra, recaudar fondos para luchar contra el cáncer infantil y las secuelas que crea esta enfermedad entre los menores afectados, y apoyar a los pacientes y sus familias. La investigación es clave para seguir avanzando en los tratamientos de los tumores de los niños y niñas y mejorar los ya existentes. Por acompañarles y llegar a la meta con éxito en esa carrera llena de coraje y obstáculos contra una enfermedad que generalmente asociamos más a los mayores y que en el caso de los menores nos acongoja y nos revuelve las tripas.

Afortunadamente los casos tratados en Navarra se mantienen estables en el entorno de la cuarentena y ya tres de cada cuatro menores de 16 años afectados logra superar el terrible impacto de esta maldita enfermedad gracias al avance de la ciencia y, también, a la fortaleza de estos jóvenes pacientes y sus familiares y amigos en una carrera a largo plazo en la que nunca se rinde nadie y en la que cada vez son más los pacientes que consiguen llegar a la meta de la supervivencia. Por eso la investigación oncológica pediátrica, tanto pública como privada, merece más apoyos que una carrerita y una simbólica donación al año.