Athletic. Copa. Cuarenta años. Gabarra. Un millón de personas. Apoteosis. Catarsis. Fiesta. Muniain y su micro. Agradecimiento. Conquista. Cosecha. Helicópteros. Avionetas. Vallados. Altavoces. Bengalas. Entre huir de Bilbao este jueves y tatuarse un león a glúteo completo se expande una galaxia de puntos en los que ubicarse. Del gol y los cuatro penaltis en Sevilla, uno era gasteiztarra y cuatro, navarros. Eso y la cintura mágica de origen ghanés que maneja Williams para mí hacen que el Athletic no sea Bilbao, ni Bizkaia, sino vasco en el sentido más amplio de la palabra.
No siendo futbolera, me sumergí en la muchedumbre con mi hijo –que había dormido con la camiseta del Athletic bajo el pijama– y es verdad que el río te lleva y que una vez te sumas a la corriente te brota tu entusiasmo natural, te vienes arriba y ya casi te tatuarías el león. También es cierto que si a las hordas te incorporas, en vez de con amigos y tres cervezas, con público infantil, no son lo mismo, ni tú una rockstar que se lanza de espaldas a la multitud, ni Kate Moss con su minibolso lleno de sorpresas, ni Bilbao, Glastonbury o Coachella.
Pero el jueves encontramos un equilibrio inesperado sobre el césped de ese Parque Etxebarria que se eleva sobre la ciudad, la marea rojiblanca y la ría. Y aunque allí arriba fuimos centenares o miles, sobrevolamos el millón de personas y pudimos otear a vista de pájaro y con los prismáticos de un señor muy paciente la gabarra y casi los pelos de la barba naranja de Muniain. Y nos congregamos un grupo de la eskola muy majo, con txutxes y palomitas y agua y ya unas latas de cerveza, y coreamos himnos y el parque terminó siendo casi Glastonbury en verde, rojo y blanco. Y hablamos un poco de que estábamos viviendo algo histórico, y de que esos planos cenitales de los drones que nos sobrevolaban se utilizarían dentro de diez o de otros cuarenta años para contar lo que se estaba viviendo este jueves en Bilbao. Y la verdad, no siendo futbolera, fue emocionante, fue bonito sentirse parte de eso y estuvo francamente bien.
