Huérfanos parecíamos de buenos momentos que nos dijeran dónde estábamos. Pasan los días desde aquel lejano 7 de julio, y aunque todas las tardes podemos entresacar cosas para contar, repito, nos encontrábamos huérfanos de una tarde redonda. Y hete aquí que con el difícil ganado, que gusta a más bien pocos, porque colaboran lo justo, o nada, y con valientes que delante de ellos se visten en busca de fortuna y gloria, y que son ajenos a los forofismos incongruentes, la tarde resultó lo más interesante vista desde que dio comienzo la Feria del Toro. El que diga que se ha aburrido, que se vaya al circo.

Gracias Don José por ser coherente con sus ideas. Que muchas veces se enfada Vd., señor ganadero, cuando le digo que tiene en casa más genio que nada. Ayer, primer día de este abono, con todas sus teclas, porque sus chicos de Montevaldetiétar las tienen, hubo raza de principio a fin. Esa raza tan necesaria, que se nos va yendo en esto de las lidias de muerte, no sé por dónde, pero que tan complicado se hace encontrarla. Lo primero, y todo para Vd., mi agradecimiento por ver una corrida de toros que me ha emocionado. Y que me entienda el personal que me refiero a los chicos de negro. Bueno, los cárdenos y entrepelados marcas de la casa. Algunos con esas caras antiguas de Saltillo. Otros con los ojos vivos y bonitos de Albaserrada, que parecen mirar con cariño, pero en sí, lo que son es toros bravos a los que no se les puede perder la cara, y ojo, no darles pases sin más echando el culo para afuera e intentando llevarlo arriba. No. No Rafael. Te han ganado. No es aquí donde desgranar las faenas. Aquí todo gira alrededor del más indefenso. Obvio, el toro. Y cuando salen animales con este brío, raza, fuerza, bravura de esa que ahora, por inédita a la moderna tauromaquia llaman antigua, a los cuales hay que estar firme, por derecho, valiente y muy entregado, mi máxima consideración por Gómez del Pilar.

Juan de Castilla recibe a portagayola a Palomito. Patxi Cascante

Gracias por tu valentía y esfuerzo a la exigencia. Y por el chico de Colombia, Juan de Castilla, que brindaba por su país. Si este muchacho tiene que seguir repartiendo paquetes cada día después del esfuerzo del otro día en Vic, y de la importante faena que hizo al sexto de la tarde, cuando otros, con cuatro pingüis, alaracas y buenas compañías de los mandones del taurineo, se lo llevan todo puesto y compuesto, sin duda, tenemos que hacérnoslo mirar. Ayer me reconcilié con la Feria del Toro 2024. Gracias a estos dos esforzados. Y por encima, a la familia Escolar, todos detrás del mandón de la casa, ese viejo criador que a todos nos pone en fila, que sabe mejor que nadie donde está cada piedrecita de su hermosa finca, y que erre que erre, sigue adelante con el toro que tiene en la cabeza, demostrando en días como este, que esto es la verdadera esencia de la Feria del Toro, y que a ver hoy Miura, es suya por derecho en este momento.